El calcio es esencial en el organismo, pues se encarga de la formación de huesos y dientes, la contracción muscular, la coagulación sanguínea y es clave para que la persona tenga un ritmo cardíaco normal.
El portal Salud Mapfre indica que el organismo controla con precisión la cantidad de calcio presente en las células y en la sangre. Para ello, desplaza este mineral desde los huesos hasta la sangre, según sea necesario, con el fin de mantener una concentración constante del mismo.
Esta concentración está regulada en su mayor parte por dos hormonas: la paratiroidea (PTH) y la calcitonina. En el primer caso, esta hormona la producen las cuatro glándulas paratiroideas situadas alrededor de la tiroidea, en el cuello. “Cuando la concentración de calcio en la sangre disminuye, las glándulas paratiroideas producen más hormona paratiroidea. Si aumenta, estas glándulas producen menos hormona”, precisa Salud Mapfre.
La calcitonina, por su parte, es producida por las células de la glándula tiroidea y se encarga de reducir la concentración de calcio en la sangre, haciendo más lenta su liberación desde los huesos.
Hipercalcemia
Cuando los niveles de calcio en la sangre se salen de control se le conoce con el nombre de hipercalcemia y es una situación que puede debilitar los huesos, formar cálculos renales e interferir en el funcionamiento del corazón y el cerebro.
Expertos del instituto de investigaciones clínicas Mayo Clinic indican que la hipercalcemia suele ser el resultado de la hiperactividad de las glándulas paratiroides. Sin embargo, también pueden existir otras causas como el cáncer, algunos medicamentos y el uso excesivo de suplementos de calcio y vitamina D.
La hipercalcemia puede no tener signos ni síntomas, pero también en ocasiones pueden ser graves y su tratamiento depende de la causa. En los casos complejos de esta enfermedad, se pueden presentar señales relacionadas con las partes del cuerpo afectadas por los altos niveles de calcio en la sangre.
Por ejemplo, el exceso de calcio hace que los riñones trabajen más duro para filtrarlo. Esto puede provocar sed excesiva y micción frecuente. Así mismo, la hipercalcemia puede causar malestar estomacal, náuseas, vómitos y estreñimiento.
De acuerdo con los especialistas, en la mayoría de los casos el exceso de calcio en la sangre proviene de los huesos, por lo que estos se debilitan. Esto puede causar dolor y debilidad muscular.
Los niveles altos de calcio en la sangre también pueden interferir en el funcionamiento del cerebro, lo que provoca confusión, letargo y fatiga, y en algunas ocasiones la hipercalcemia grave puede incidir en la función cardíaca, lo cual causa palpitaciones y desmayos.
Posibles complicaciones
Los altos niveles de calcio en la sangre pueden generar complicaciones diversas tanto gastrointestinales, como renales, psicológicas y esqueléticas, indica información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
En el caso del aspecto gastrointestinal, los especialistas aseguran que se puede generar pancreatitis o enfermedad de la úlcera péptica.
En las posibles complicaciones renales se incluyen depósitos de calcio en el riñón, que provocan un funcionamiento deficiente de estos órganos, deshidratación, hipertensión arterial, insuficiencia renal y cálculos renales.
En la parte psicológica, puede ocasionar depresión y dificultad para concentrarse o pensar, mientras que en lo esquelético, el exceso de calcio en la sangre puede llevar a que se generen quistes óseos, fracturas y osteoporosis.
Los expertos recomiendan consultar al médico si se tienen antecedentes familiares de hipercalcemia, de hiperparatiroidismo o alguno de los síntomas anteriormente mencionados.
Argumentan que la mayoría de las causas de hipercalcemia no se pueden prevenir y aconsejan que las mujeres mayores de 50 años visiten al médico regularmente y se hagan examinar periódicamente los niveles de calcio en la sangre para evitar posibles complicaciones, en caso de presentar algún signo relacionado con este padecimiento.