Las vitaminas son nutrientes que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para su funcionamiento, su mantenimiento y su crecimiento. Normalmente, las fuentes de vitaminas están en los alimentos de origen vegetal y animal; y en los suplementos alimentarios.
Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, las vitaminas son solubles en grasas (se disuelven en grasas y aceites) o solubles en agua (se disuelven en agua). Las primeras se almacenan en los tejidos grasos del cuerpo, y las segundas salen a través de la orina.
Las vitaminas se agrupan en forma conjunta no debido a que se relacionen químicamente o porque tengan funciones fisiológicas semejantes, sino debido, como lo implica su nombre, a que son factores vitales en la dieta y porque todas se descubrieron en relación con las enfermedades que causan su carencia.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos Medline Plus explicó que existen 13 vitaminas esenciales para el cuerpo entre las que están la B1, la B6 y la B12. La B1 también es conocida como tiamina y tiene una función muy importante en el metabolismo de los carbohidratos que aportan energía a los seres humanos.
La vitamina B6, también llamada piridoxina, es necesaria para el correcto funcionamiento de los azúcares, las grasas y las proteínas del cuerpo.
En cuanto a cianocobalamina, o vitamina B12, es necesaria, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para la producción de glóbulos rojos sanos.
Por lo anterior, la carencia de cada uno de estos nutrientes puede ocasionar síntomas o afección distintas en el organismo y por ello, el portal especializado Tua Saúde expuso cómo se puede manifestar en el cuerpo la deficiencia de ellas:
1. Vitamina B1: cuando esta hace falta se puede generar hormigueo en el cuerpo, falta de aire, falta de apetito, debilidad, estreñimiento, hinchazón en las extremidades inferiores y falta de memoria. Las fuentes más ricas de tiamina son los granos de cereales y semillas.
2. Vitamina B6: las heridas en la piel, la inflamación de órganos como la boca o la lengua, e incluso las convulsiones, pueden significar una falta de piridoxina en el cuerpo. Esta vitamina es muy común en alimentos de origen animal y vegetal como el salmón, el plátano, el pollo o la avena.
3. Vitamina B12: al presentarse deficiencia de cianocobalamina el cuerpo puede comenzar a sentirse cansado, con falta de energía, desconcentrado y con hormigueo en las piernas, sobre todo, recién comienza la jornada diaria. La vitamina B12 se encuentra sólo en alimentos de origen animal, según la FAO, es decir, que es posible aumentar los niveles de este nutriente consumiendo mariscos, huevo, carne, queso o leche.
Cabe resaltar que la vitamina B6 y B12, junto con la B9, ayudan a evitar algunas afecciones del cerebro. Los estudios han demostrado que estas tres vitaminas actúan conjuntamente para ayudar a prevenir el deterioro mental, la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
Un estudio de la Universidad de Oxford demostró que la ingesta conjunta de estas tres vitaminas redujo la atrofia cerebral, mejoró la función del cerebro y redujo significativamente la contracción del cerebro en la parte más afectada por la enfermedad de Alzheimer.
Sin embargo, es importante que, al momento de presentar alguno de los síntomas anteriormente mencionados, o antes de ingerir suplementos vitaminas, se consulte con un especialista para no agravar afecciones preexistentes o desarrollar una nueva patología.