La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en la sangre, que con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios, explica la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Este padecimiento, según la fuente, es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, derrames cerebrales y amputación de miembros inferiores. “La diabetes mal controlada aumenta las posibilidades de estas complicaciones y la mortalidad prematura”, precisa.
Bajo este panorama, las personas que la padecen deben tener ciertas restricciones en alimentos y bebidas que pueden afectar en gran medida su salud.
Ahora bien, a la hora de comer, también se ha creado un mito del horario para consumir. Según el portal Mayo Clinic, los bocadillos nocturnos, aunque no están del todo prohibidos en una dieta de una persona que padece esta enfermedad, sí deben restringirse para llevar una vida saludable.
Este portal asegura que “los bocadillos nocturnos agregan calorías adicionales, lo cual puede llevar al aumento de peso. Y, si comes un bocadillo después de la cena, especialmente alimentos con carbohidratos, puedes despertarte a la mañana siguiente con un nivel alto de glucosa sanguínea”.
En vez de alimentarse en productos con altas calorías, se recomienda bebe un vaso de agua, algo que puede saciar las ganas de comer. Sin embargo, caso de seguir sintiendo ansiedad para comer, Mayo Clinic asegura que “tu mejor opción es un bocadillo bajo en carbohidratos y calorías, preferiblemente uno que sea alto en proteínas o fibra, como el yogur griego o un puñado de nueces”.
Estas son otras opciones:
- Una paleta sin azúcar
- Un palito de queso liviano
- Una cucharada de mantequilla de maní (15 gramos) y apio
- Un huevo duro
- Cinco zanahorias pequeñas
- Palomitas de maíz livianas, 3/4 de taza (aproximadamente 6 gramos)
- Ensalada de verduras con pepino y una pizca de aceite y vinagre
¿Cómo controlar la diabetes sin medicamentos?
La actividad física es otro aspecto importante del plan de control de la diabetes. Cuando la persona hace ejercicio, los músculos utilizan el azúcar (glucosa) para obtener energía. De igual forma, el cuerpo usa la insulina (hormona que regula el azúcar en la sangre) de manera más eficiente.
Estos factores trabajan juntos y por ello, mientras más vigoroso es el ejercicio, más tiempo durará el efecto. Pero incluso las actividades livianas, como las tareas domésticas, la jardinería o estar de pie durante largos periodos, pueden mejorar el nivel de glucosa en la sangre, dicen los expertos.
El alcohol puede agravar las complicaciones de la diabetes, como las lesiones en los nervios y las enfermedades oculares. Pero si la diabetes está bien controlada y el médico está de acuerdo, los pacientes pueden consumir una bebida alcohólica ocasional. Es de recordar que estos productos le aportan calorías vacías al organismo.
Cuando la persona está estresada, las hormonas que produce el cuerpo en respuesta al estrés prolongado pueden causar aumento del nivel de azúcar en sangre. Además, cuando se está bajo mucha presión, es más difícil llevar el control de las rutinas indicadas para controlar el azúcar.
Por estas razones, es importante aprender técnicas de relajación y determinar qué tareas son prioritarias y a cuáles se les puede poner límites. Precisamente, una de las formas de liberar el estrés es con la práctica de ejercicio.