De acuerdo con información del Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, el reflujo gastroesofágico ocurre cuando el contenido del estómago se devuelve al esófago.

Adicionalmente, precisa que la enfermedad por reflujo gastroesofágico es una afección más grave y duradera en la que, con el tiempo, el reflujo gastroesofágico causa síntomas repetidos o complicaciones.

El proceso natural de digestión inicia cuando una persona consume un alimento, el cual pasa desde la garganta hasta el estómago a través del esófago. Ahora bien, un anillo de fibras musculares ubicado en la parte inferior del esófago (denominado esfínter esofágico inferior) se encarga de impedir que el alimento vuelva a subir.

Según reseña la enciclopedia médica MedlinePlus, cuando el esfínter esofágico inferior no se cierra bien, los contenidos del estómago pueden devolverse hacia el esófago, causando el popular reflujo o reflujo gastroesofágico.

Tanto el reflujo gastroesofágico (RGE) como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) causan síntomas como acidez y regurgitación. “Se podría presentar la enfermedad por reflujo gastroesofágico cuando el esfínter esofágico inferior se debilita o se relaja cuando no debería hacerlo”, advierte el NIH.

Otros síntomas incluyen:

  • Sensación de que el alimento se atora detrás del esternón.
  • Náuseas después de comer.
  • Tos.
  • Dificultad para deglutir (ingerir la comida).
  • Hipo.
  • Ronquera o cambios en la voz.
  • Dolor de garganta.

En caso de que se presenten los síntomas descritos previamente, lo más recomendable es acudir a un especialista médico para obtener un diagnóstico preciso y definir el tratamiento adecuado.

MedlinePlus también anota algunos de los factores de riesgo para el desarrollo del reflujo:

  • Consumo de alcohol.
  • Hernia de hiato (una afección en la cual parte del estómago pasa por encima del diafragma, el músculo que separa el tórax y la cavidad abdominal).
  • Obesidad.
  • Embarazo.
  • Esclerodermia.
  • Tabaquismo.
  • Recostarse a menos de tres horas después de comer.
El reflujo gastroesofágico ocurre cuando el contenido del estómago se devuelve al esófago. | Foto: Getty Images

¿Qué puede comer una persona con reflujo?

De acuerdo con el portal especializado Healthline, la presencia de demasiado ácido estomacal provoca la irritación en el esófago. Para contrarrestarlo, una posibilidad es consumir algunos alimentos con características especiales.

  • Vegetales: Destacan por ser bajos en grasa y azúcar. Se recomienda la ingesta de habas verdes, brócoli, espárragos, coliflor, hojas verdes, papas y pepinos.
  • Avena: Es una gran opción para el desayuno, pues se trata de un cereal integral y una excelente fuente de fibra. El consumo de este nutriente disminuye el riesgo de padecer reflujo gástrico.
  • Frutas no cítricas: Opciones de fruta como los melones, las bananas, las manzanas y las peras presentan un menor riesgo de provocar síntomas de reflujo, en comparación con frutas ácidas como las naranjas y las mandarinas.
  • Clara de huevo: Otra gran opción para el desayuno, sin embargo, es conveniente regular su consumo debido a que, al ser alta en grasa, pueden motivar los síntomas del reflujo.
  • Carnes magras: Fuentes de proteína como el pollo, el pescado, el pavo y demás carnes de esta categoría destacan por ser más bajas en grasa. Lo más recomendable es consumirlas a la parrilla, cocidas u horneadas, evitando las frituras.
  • Grasas saludables: Opciones como el aguacate, las nueces, la linaza, el aceite de oliva y de girasol son opciones más saludables para adquirir grasas de buena calidad.

Respecto a qué alimentos evitar, Healthline destaca los fritos y con alto contenido de grasa, pues pueden provocar que el esfínter esofágico interior se relaje, permitiendo que más ácido estomacal regrese al esófago.

Los siguientes alimentos tienen un contenido alto en grasa. Por ello, se sugiere evitar o moderar su consumo:

  • Papas fritas y aros de cebolla.
  • Productos lácteos altos en grasa como mantequilla, leche entera, queso regular y crema agria.
  • Cortes grasos o fritos de carne de res, cerdo o cordero.
  • Postres o refrigerios, como helado y papas chips.
  • Salsas cremosas, salsas de carne y aderezos cremosos para ensaladas.