La enfermedad del Alzheimer (EA) es un trastorno neurológico progresivo que hace que el cerebro se atrofie y que las neuronas cerebrales mueran lentamente. Los signos tempranos de esta enfermedad incluyen el olvido de eventos o conversaciones recientes y a medida que avanza, se presenta un grave deterioro de la memoria y la incapacidad de llevar a cabo tareas cotidianas.
Ahora bien, es difícil determinar quién puede o no desarrollar esta enfermedad, dado que su alteración es compleja y de causa desconocida, porque pueden influir muchos factores como la edad, el sexo, herencia familiar y factores ambientales. A su vez, durante varios años científicos han reconocido que las personas con hipertensión, diabetes, colesterol alto y obesidad tienen una mayor probabilidad de desarrollar Alzheimer.
De este modo, para la ciencia, los factores de riesgo vascular y la patología cerebrovascular en el Alzheimer, pueden ser únicamente el resultado del envejecimiento o una coincidencia. Sin embargo, otra explicación que ofrecen es que “los factores de riesgo vascular que conducen a la patología cerebrovascular en el cerebro con EA puede contribuir a la patogénesis de la enfermedad”, pero hasta el momento dicha relación no tiene aún un soporte científico.
Un estudio dirigido por investigadores del Vagelos College of Physicians and Surgeons de la Universidad de Columbia y publicado en Acta Neuropatológica, encontró que un gen llamado FMNL2 vincula la enfermedad cerebrovascular y el Alzheimer. Los cambios de este gen impiden la eliminación eficiente de proteínas tóxicas del cerebro, lo que eventualmente conduce a la enfermedad de Alzheimer.
“No solo tenemos un gen, sino que tenemos un mecanismo potencial (...) La gente ha estado tratando de resolver esto durante un par de décadas, y creo que ahora tenemos nuestro pie en la puerta. Sentimos que debe haber otros genes involucrados y que solamente hemos arañado la superficie”, dijo el autor principal del estudio, Richard Mayeux, MD, presidente de neurología en Columbia.
El objetivo de esta investigación era descubrir, por medio del modelo ‘pez cebra’, los genes asociados con los factores de riesgo vascular y la enfermedad de Alzheimer, por lo que involucraron a cinco grupos de pacientes que representaban diferentes grupos étnicos y durante el análisis se destacó el gen FMNL2.
De este modo, el modelo de pez cebra confirmó la presencia de FMNL2 en los astrocitos, unas células cerebrales que componen y mantienen la estructura de la barrera hematoencefálica al formar una cubierta protectora alrededor del vaso sanguíneo. Esta presencia retrajo el agarre sobre el vaso sanguíneo una vez que se inyectaron proteínas tóxicas en el cerebro para permitir la eliminación. Cuando Kizil y sus colegas bloquearon la función de FMNL2, esta retracción no se produjo y se impidió la eliminación de amiloide del cerebro.
Caghan Kizil, profesor asociado al estudio y visitante en Columbia señaló que al descubrir este gen “tuvimos la idea de que FMNL2 podría operar en la barrera hematoencefálica, donde las células cerebrales se encuentran con la vasculatura”. La barrera hematoencefálica es un borde semipermeable y altamente controlado entre los capilares y el tejido cerebral, el cual sirve como defensa contra los patógenos y toxinas que causan enfermedades en la sangre.
Los investigadores también analizaron que el FMNL2 abre la barrera hematoencefálica mediante el control de sus astrocitos y promueve la eliminación de agregados extracelulares del cerebro. Por lo que la enfermedad cerebrovascular, al interactuar con FMNL2, reduce la eliminación de amiloide en el cerebro.
A su vez, los investigadores estudiaron cerebros humanos post mortem y encontraron una mayor expresión de FMNL2 en personas con enfermedad de Alzheimer, junto con una ruptura de la barrera hematoencefálica y una retracción de los astrocitos. Actualmente, el grupo de investigación se encuentra en proceso de análisis de otros genes que podrían estar involucrados entre el Alzheimer y la enfermedad cerebrovascular.