La mala alimentación, mezclada con hábitos de vida erróneos como el sedentarismo o alcoholismo, genera que el colesterol negativo aumente. Tarde que temprano, los efectos nocivos repercutirán a las personas.
Teniendo como referencia la información de la Sociedad Española de Cardiología, presentar niveles altos de colesterol es perjudicial para la salud, debido a que aumenta la probabilidad de parecer una enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular.
En muchas ocasiones, una dieta poco equilibrada y llevar una vida sedentaria pueden ser los culpables de que tengamos el colesterol alto. Sin embargo, otras condiciones médicas, como un trastorno de la tiroides, puede tener relevancia.
La ciencia ha continuado sus estudios en pro de las enfermedades que día a día acomplejan a la humanidad. Esto ha permitido dar con importantes logros, tales como la relación que guardan los problemas de la tiroides con el colesterol.
La glándula tiroides se encuentra en el cuello, y produce hormonas específicas. Las dos hormonas principales que produce son la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4). Con base a la información de Medical News Today, las hormonas ingresan al torrente sanguíneo para ser empleadas por todo el organismo.
Respecto a sus funciones, estas cumplen las siguientes responsabilidades: Desarrollo cerebral en menores de edad, regular la temperatura corporal, metabolismo, crecimiento, desarrollo, función del corazón, funcionamiento cognitivo, músculos y órganos.
Cuando la tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, es poco activa. Esto se conoce como hipotiroidismo. Al ser una situación que no responde a género, edad u otras variables; genera que cualquier persona la pueda parecer. Los síntomas acompañantes al fallo de la tiroides son:
- Constipación.
- Depresión.
- Resequedad en la piel y cabello.
- Fatiga.
- Problemas de fertilidad.
- Periodos menstruales abundantes o irregulares.
- Mayor sensibilidad a las temperaturas frías.
- Ritmo cardíaco bajo.
- Dolor en los músculos y las articulaciones.
- Sudoración reducida.
- Aumento de peso.
En ese orden de ideas, aquella desestabilización de hormonas tiene repercusión en el colesterol. La razón radica en que son necesarias para deshacerse del negativo, el cual es perjudicial para el cuerpo. Al haber carencia en su desecho, el organismo no puede eliminar este colesterol, lo cual termina acumulándose en el torrente sanguíneo.
Los niveles de la hormona tiroidea no tienen que ser muy altos para aumentar el colesterol. Incluso las personas con niveles de tiroides levemente bajos, llamados hipotiroidismo subclínico, pueden tener colesterol LDL superior a lo normal.
Sobre este asunto, el informe ‘Enfermedad tiroidea subclínica: revisión y enfoque clínico’ publicado en Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism encontró que esta situación genera los siguientes síntomas correspondientes a exceso de colesterol en la sangre:
- Aumento de peso.
- Bradicardia (disminución de la frecuencia cardíaca).
- Mayor sensibilidad al frío.
- Dolores musculares y debilidad.
- Piel seca.
- Estreñimiento.
- Problemas para recordar o enfocarse.
Cuando una persona sufre de la tiroides, sumado a seguir una alimentación errónea o malos hábitos de actividad física, el colesterol puede verse comprometido con notoriedad. En caso de experimentar ello, lo necesario es acudir ante un especialista de salud para conocer el respectivo tratamiento.
En ese caso, es probable que los médicos requieran hacer un análisis de sangre para medir los niveles de colesterol y hormonas presentes en el torrente. Estas pruebas ayudarán a confirmar el diagnóstico de la tiroides. Respecto a las recomendaciones, una puede ser la ingesta de medicamentos, tales como levotiroxina.