La caída del cabello ocurre en hombres y mujeres de forma natural, estas situaciones se presentan constantemente durante las estaciones más frías del año. Durante este tiempo, el cabello se cae con mayor facilidad porque la raíz está menos irrigada por nutrientes y sangre, sin embargo, la caída puede disminuir en primavera o verano.
Adicionalmente, las personas utilizan de manera frecuente algunos productos para alisar el cabello o lo exponen al calor de planchas y secadores, lo que puede presentar una caída del cabello más acentuada.
Otros motivos y soluciones relacionados con la caída del cabello son:
Exceso de estrés
Una de las principales causas de caída del cabello es el exceso de estrés, tanto físico como mental. Esto suele ocurrir por situaciones complicadas como por ejemplo: estar en estado de shock después de un accidente de tránsito; después de haber sido diagnosticado con una enfermedad grave o; tener un cargo laboral que implique muchas responsabilidades, esas situaciones pueden alterar el ciclo de los folículos pilosos, haciéndolos caer.
No siempre el estrés es la causa principal de la caída del cabello, sin embargo, puede empeorar la situación cuando la causa de la pérdida es otra.
¿Qué hacer?
Es recomendable intentar reducir la carga de estrés, participando en actividades de ocio como caminar, bailar, hacer yoga o hacer algún deporte, esto con la finalidad de garantizar una mejor calidad de vida y evitar otros problemas más graves que puedan surgir con el tiempo, como intestino irritable o depresión.
Exceso de vitamina A o B
Aunque sea relativamente raro, la ingesta excesiva de vitamina A o de vitaminas del complejo B, puede favorecer la caída del cabello. Esta situación suele ser más frecuente en personas que abusan de la ingesta de suplementos nutricionales, que contienen este tipo de vitaminas, por un largo período de tiempo.
¿Cuál es la solución?
Debe utilizar suplementos alimenticios solo bajo la orientación de un médico o nutriólogo para evitar exceder la dosis máxima recomendada para estas vitaminas. En caso de sospechar que está ingiriendo una dosis muy elevada de estas vitaminas, debe parar su consumo y consultar a su médico.
Embarazo
La caída del cabello es relativamente común en mujeres después del parto, no solamente por los cambios hormonales que continúan sucediendo en el organismo, sino por el estrés del parto en sí. Generalmente, esta caída de cabello surge en los primeros tres meses después del parto y puede durar hasta dos meses.
Aunque sea más raro, la caída del cabello también puede surgir durante el embarazo, pudiendo estar relacionada con el aumento de la hormona progesterona, la cual puede resecar el cabello, dejándolo más fino y quebradizo.
Para dar solución a este problema, debe evitar el estrés que genera la pérdida de cabello, puesto que es un proceso normal y natural que irá mejorando a medida que las hormonas en el organismo se van equilibrando nuevamente.
Cambios hormonales
Así como durante o después del embarazo, los cambios hormonales pueden causar la caída del cabello, también puede suceder en otras fases de la vida donde las hormonas tienden a variar, especialmente durante la adolescencia y la menopausia. Asimismo, mujeres en edad fértil que usan anticonceptivos, también pueden presentar caída de cabello temporalmente.
Para resolverlo
En caso de que la caída del cabello sea muy intensa, se debe acudir a un dermatólogo. En los casos donde la mujer está tomando algún anticonceptivo, se debe consultar al ginecólogo para que evalúe la posibilidad de cambiar de método anticonceptivo.
Uso de antidepresivos y otros medicamentos
Algunas clases de medicamentos, como los antidepresivos, anticoagulantes o medicamentos para la presión alta, pueden tener efectos adversos que contribuyen a la caída del cabello, especialmente al inicio del tratamiento o cuando ya son utilizados de forma crónica. Otros medicamentos que pueden tener este efecto incluyen el metotrexato, litio e ibuprofeno, por ejemplo.
La solución es simple
Si se sospecha que la caída de cabello se ve perjudicada por el uso de algún medicamento, se debe informar al médico que lo prescribió, para que evalúe la posibilidad de cambiarlo por otro medicamento que no tenga este efecto secundario.