De acuerdo con Mayo Clinic, la tiroides es una glándula de tamaño pequeño y con forma de mariposa que está ubicada en la base de la parte frontal del cuello, debajo de la nuez de Adán, justo donde se encuentran las clavículas.
Además, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explicó que la tiroides produce hormonas que controlan la forma en que el cuerpo utiliza la energía. Estas mismas hormonas afectan a casi todos los órganos del cuerpo y controlan muchas de sus funciones, en su mayoría, las más importantes.
No obstante, algunas enfermedades de la tiroides causan que se produzcan demasiadas o muy pocas hormonas como, por ejemplo:
- Bocio: Agrandamiento de la tiroides.
- Hipertiroidismo: Cuando la glándula tiroides produce más hormona tiroidea de lo que su cuerpo necesita.
- Hipotiroidismo: Cuando la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea.
- Cáncer de tiroides: Cada año, alrededor de 12.000 hombres y 33.000 mujeres presentan cáncer de tiroides.
- Nódulos: Bultos en la tiroides.
- Tiroiditis: Inflamación de la tiroides.
Precisamente, esta última afección suele causar dolor en el cuello, suele ser intenso. “El síntoma más obvio de la tiroiditis subaguda es el dolor en el cuello, causado por la glándula tiroides hinchada e inflamada. Algunas veces, el dolor puede extenderse (irradiarse) a la mandíbula o a los oídos. La glándula tiroides puede estar dolorida e hinchada por semanas o, en pocos casos, meses”, agrega Medline Plus.
Aunque hay diferentes medicinas para aliviar el dolor, el portal UnCOMO recomienda consumir manzanilla para cumplir el mismo objetivo. “Se puede preparar infusión con manzanilla natural (nunca infusiones compradas, ya que llevan más cosas y son menos efectivas) y tomarla 2 veces al día para ayudar a deshinchar la tiroides. También puedes aplicarte la manzanilla sobre la piel preparando antes un aceite de manzanilla”.
Síntomas del cáncer del tiroides
Según el portal Manual MSD, este cáncer tiene cuatro tipos, entre ellos el papilar, que es el más frecuente y representa el 80 % de todo los tipos de cáncer de tiroides. Como tal, este cáncer crece dentro de la glándula tiroidea, pero a veces se extiende a los ganglios linfáticos adyacentes. Si no se trata, puede propagarse a zonas más distantes.
De acuerdo con Mayo Clinic, en la mayoría de los casos de cáncer de tiroides no presentan síntomas, hasta que el tumor maligno crece. Sin embargo, en algunos casos se pueden presentar algunos síntomas que tiende a pasar desapercibidos y no se les presenta mayor atención para detectar a tiempo la enfermedad.
- Sensación que los cuellos empiezan a ser más justos o las camisas aprietan.
- Cambios en la voz.
- Dificultad para comer.
- Dolor de cuello y garganta.
Cuando se identifica el cáncer de tiroides, se producen pequeños tumores (nódulos) en el interior que son malignos y se caracterizan por ser un tumor sólido en vez de estar lleno de líquido (quístico), no produce hormona tiroidea, es duro, crece con rapidez y se asocia a ganglios linfáticos engrosados y dolorosos en el cuello.
Para diagnosticar la enfermedad, se realizan varias pruebas. El Manual MSD detalla que las primeras consisten en pruebas de la función tiroidea, en las que se miden las concentraciones sanguíneas de la hormona estimulante del tiroides (TSH), y de las hormonas tiroideas T4 (tiroxina o tetrayodotironina) y T3 (triyodotironina). A veces se realizan pruebas para detectar anticuerpos de la glándula tiroidea.
Hasta el momento se desconoce la causa del cáncer de tiroides, pero se sabe que algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo. Por ejemplo, el sexo femenino es el más propenso a padecer este tipo de cáncer porque hay una relación directa con el estrógeno, también está la exposición a niveles altos de radiación o por determinados síndromes genéticos hereditarios.