Los glóbulos blancos son componentes vitales de la sangre. Su función se centra en contrarrestar infecciones que puedan estar atacando al organismo, por lo que son esenciales para la salud y el bienestar de las personas.

Un recuento alto de glóbulos blancos puede indicar que el sistema inmunológico está trabajando para destruir una infección.

Sin embargo, también puede ser una señal de estrés físico o emocional. Las personas con ciertos tipos de cáncer de sangre también pueden tener recuentos altos de glóbulos blancos. “La médula ósea produce continuamente glóbulos blancos. Estos se almacenan dentro de la sangre y el sistema linfático hasta que son necesarios para combatir una infección o enfermedad en el cuerpo”, precisa el medio especializado Medical News Today.

Existen varios tipos de glóbulos blancos, por lo que la mayoría de personas tienen la capacidad de producir aproximadamente 100.000 millones de estas células cada día. Normalmente, existen entre 4.000 y 11.000 glóbulos blancos en cada microlitro de sangre.

Dentro de estos glóbulos se encuentran los linfocitos que son vitales para producir anticuerpos que ayudan al organismo a defenderse contra las bacterias, virus y otras amenazas. También están los monocitos, que son responsables de atacar y descomponer los gérmenes o las bacterias que entran al cuerpo.

Cuando es necesario, los monocitos viajan a otros órganos, como el bazo, el hígado, los pulmones y la médula ósea, en donde se transforman en una célula llamada macrófago. Un macrófago es responsable de muchas funciones, incluyendo eliminar el tejido muerto y dañado, destruir las células cancerígenas y regular la respuesta inmunitaria.

Un recuento alto de glóbulos blancos puede indicar que el sistema inmunológico está trabajando para destruir una infección. | Foto: Getty Images

¿Qué aumenta los glóbulos blancos?

Un incremento en los glóbulos blancos se conoce como leucocitosis y normalmente se presenta como respuesta a una infección, la ingesta de medicamentos incluyendo corticosteroides, un trastorno inmune o de la médula ósea, ciertos tipos de cáncer como leucemia linfocítica aguda o crónica, inflamación, lesión, estrés emocional, embarazo, reacciones alérgicas y exceso de ejercicio, entre otras causas.

Cuando hay niveles altos de monocitos puede indicar la presencia de infección crónica, un trastorno autoinmune o sanguíneo, cáncer u otras condiciones médicas.

Según el portal Nutrición y Farmacia, las causas de una elevación de los monocitos están relacionadas con las siguientes patologías:

- Enfermedades infecciosas. Entre ellas pueden estar la malaria, tuberculosis, brucelosis o sífilis.

- Enfermedades autoinmunitarias e inflamatorias. El incremento en los monocitos se puede dar cuando una persona padece de lupus eritematoso sistémico ó artritis reumatoide.

- Enfermedades hematológicas. Este tipo de enfermedades son la leucemia y el linfoma de Hodgkin.

- Trastornos sanguíneos. Esto sucede cuando se dan procesos neoplásicos, los cuales inciden en el crecimiento de las células ocasionando una mayor concentración de monocitos.

Aunque este cuadro de causas puede generar impacto a cualquier paciente, según los expertos, es importante que las personas tengan claro que el incremento en los niveles de estas células se debe a infecciones que suelen ser transitorias por lo que no inciden de forma grave en la salud.

Los glóbulos blancos representan aproximadamente el 1% de todos los glóbulos y son esenciales para regular la función en el sistema inmunológico. | Foto: Cortesía IDCBIS

Linfocitos

Si los linfocitos se elevan puede ser como consecuencia de un virus o una infección como tuberculosis. También se puede relacionar con linfomas y leucemias específicos.

Normalmente, cuando el nivel de estas células está alto, que lo normal es que sea consecuencia de una infección, es habitual que aparezcan hipotermia, agotamiento, fiebre, problemas digestivos como náuseas y vómitos, además de escalofríos, indica el portal Psicología y Mente.

También es común la presencia de problemas respiratorios, pérdida de peso, poca concentración y reducción de la capacidad visual y auditiva. De igual forma, se puede presentar rigidez muscular e inflamación de tejidos.

Dicho aumento de linfocitos, si se mantiene en el tiempo, aumenta las probabilidades de que la persona padezca diferentes tipos de cáncer. Asimismo, se ha vinculado al inicio de la diabetes tipo 1, las alergias y el asma.

Tener los linfocitos altos no es por lo general un trastorno o problema médico, sino un efecto o reacción del organismo a una situación determinada. Por norma general, se tienen los linfocitos altos en situaciones como trastornos autoinmunes o por la presencia de infecciones virales o bacterianas.