Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves y que ocurre cuando no existe ningún peligro real o causa aparente.
Es tan complejo este padecimiento que cuando una persona lo enfrenta puede sentir que está perdiendo el control, teniendo un ataque cardíaco o, incluso, que puede morir.
Muchas personas tienen solo uno o dos ataques de pánico en su vida, y es posible que se presenten por algún problema específico. Sin embargo, si estos ataques se vuelven recurrentes, y la persona vive con miedo de sufrir otro ataque, es probable que tenga una afección llamada trastorno de pánico.
El trastorno de pánico se da cuando una persona se preocupa tanto por tener otro ataque, que empieza a evitar lugares o situaciones que asocia a los ataques. No todo aquel que tiene un ataque de pánico aislado va a desarrollar un trastorno completo, indica Child Mind Institute. Algunos tienen la experiencia, pero lo descartan como una aberración incómoda que esperan que no vuelva a suceder.
Sin embargo, para alguien que está predispuesto a los trastornos de ansiedad, la vía en el cerebro que evalúa las amenazas puede ser hiperactiva, explica Jerry Bubrick, director del Centro de Trastornos de Ansiedad del mencionado Instituto. Evitar otro ataque se convierte en una prioridad primordial, dice.
A pesar de que los ataques de pánico en sí mismos no ponen en riesgo la vida, pueden provocar mucho miedo y afectar, de manera significativa, la calidad de vida.
Los ataques de pánico suelen comenzar de forma súbita, sin ninguna señal que genere advertencia. Pueden aparecer en cualquier momento: cuando la persona está conduciendo, en una reunión o cuando está durmiendo.
Los ataques de pánico suelen comprender algunos de estos signos o síntomas, según el Instituto Mayo Clinic. Una sensación de peligro o fatalidad inminente, miedo a perder el control o a la muerte, taquicardia y palpitaciones, sudor, temblores, falta de aliento u opresión en la garganta, escalofríos, sofocos, náuseas, dolor en el pecho, dolor de cabeza, mareos, sensación de hormigueo y sentimientos de irrealidad o desconexión.
Uno de los peores aspectos de los ataques de pánico es el miedo intenso a que se repitan. Ese miedo puede ser tan fuerte que puede hacerte evitar determinadas situaciones en las que podrían ocurrir.
Causas
Si bien los expertos no tienen claro cuáles pueden ser las causas de los ataques de pánico o del trastorno de pánico indican algunos factores que pueden influir. Por ejemplo, la genética, un alto nivel de estrés, un carácter que es más sensible al estrés y proclive a las emociones negativas y ciertos cambios en la manera en que funcionan las partes del cerebro.
Este padecimiento puede aparecer de forma repentina y sin previo aviso la primera vez, pero con el paso del tiempo, generalmente se desencadenan a causa de ciertas situaciones.
Algunas investigaciones sugieren que la reacción natural del cuerpo de luchar o huir ante el peligro está relacionada con los ataques de pánico. Sin embargo, se desconoce por qué ocurren cuando no hay un peligro evidente.
Los síntomas del trastorno de pánico suelen comenzar al final de la adolescencia o a principios de la edad adulta y afectan a las mujeres más que a los hombres. Estos son algunos de los factores de riesgo:
- Antecedentes familiares de ataques de pánico o trastorno de pánico
- Factores de estrés importantes en la vida, como la muerte o una enfermedad grave de un ser querido
- Un suceso traumático, como una agresión sexual o un accidente grave
- Cambios importantes en la vida, como un divorcio o la incorporación de un bebé a la familia
- El consumo de tabaco o cafeína en exceso
- Antecedentes de maltrato físico o abuso sexual en la niñez
Según los especialistas, si estos padecimientos no se tratan pueden afectar casi todas las áreas de la vida de una persona. Es posible que un individuo tenga tanto miedo de tener más ataques de pánico que viva en un estado constante de angustia, lo que arruina su calidad de vida.
Estos ataques pueden estar relacionados con fobias específicas, como miedo a conducir o salir de tu casa, rechazo de situaciones sociales, problemas en la casa y en la escuela, depresión, trastorno de ansiedad y otros trastornos psiquiátricos, riesgo elevado de suicidio o pensamientos suicidas, consumo inadecuado de alcohol u otras sustancias y problemas económicos.
Prevención
No existe una manera segura de evitar los ataques de pánico o el trastorno de pánico. Sin embargo, los expertos de Mayo Clinic hacen algunas recomendaciones dentro de las que se encuentran: buscar tratamiento especializado para evitar que empeoren o se vuelvan más frecuentes, cumplir con el plan de tratamiento para ayudar a evitar las recaídas o el agravamiento de los síntomas de los ataques de pánico y realizar actividad física.
Buscar ayuda médica es muy importante porque si bien ataques de pánico no son peligrosos, son difíciles de controlar por cuenta propia y pueden empeorar si no se tratan.