¿Qué tan bueno es comer frutas a la hora del almuerzo? Muchos se hacen esa pregunta. Y los expertos ya tienen la respuesta: en general, se recomienda evitar consumir frutas después de una comida que contenga carbohidratos o proteínas.
Además, es preferible comer la fruta con el estómago vacío antes de las comidas, o esperar un tiempo después de la comida para ingerirla, ya que la digestión de las frutas ocurre a un ritmo diferente al de los carbohidratos y las proteínas. Sin embargo, existen algunas excepciones, como la piña, la manzana o la papaya, que contienen enzimas que ayudan a digerir almidones y proteínas.
El mejor momento para consumir frutas es cuando el estómago está vacío, como por la mañana al despertar o antes de una comida. También se pueden disfrutar como un tentempié a media mañana o por la tarde.
La razón por la cual se recomienda consumir frutas por separado es que se digieren rápidamente debido a su alto contenido de agua y azúcares de rápida absorción, lo que proporciona energía de forma inmediata. Por lo tanto, su tránsito intestinal es rápido. Si se consume fruta después de una comida abundante con carbohidratos complejos o proteínas, la fruta puede quedar atrapada en el estómago, esperando su turno para ser digerida, lo que hace que permanezca en el sistema digestivo más tiempo del que lo haría si se consume sola.
De acuerdo con el portal cocina-casera.com, “la digestión de las proteínas es más lenta que la de los carbohidratos complejos, como es el caso de los almidones, que pueden ser encontrados en alimentos como la harina”. La digestión de estos carbohidratos, a su vez, es más lenta que la de los azúcares de la fruta.
¿Es bueno comer fruta después de cada comida?
En muchos casos, cuando se consume fruta después de las comidas, puede provocar procesos de fermentación en el intestino, ya que la fruta permanece en el sistema digestivo por más tiempo del necesario.
Esto puede llevar a una disminución en la capacidad de absorción de nutrientes por parte del intestino. La fermentación resultante eleva la temperatura del intestino, lo cual aumenta el flujo sanguíneo en esa área y puede favorecer el crecimiento de flora patógena que normalmente se mantiene bajo control.
Estos procesos fermentativos pueden generar la liberación de sustancias dañinas para el cuerpo, reduciendo así la capacidad de respuesta frente a infecciones.
Por lo tanto, es importante recordar que es preferible consumir fruta con el estómago vacío, después de las comidas. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, existen algunas frutas, como la manzana, la papaya y la piña, que favorecen la digestión de proteínas y almidones, y pueden ser consumidas después de las comidas.
En el caso de la manzana, esta facilita la digestión de los almidones, mientras que la papaya y la piña contienen enzimas, como la papaína y la bromelina, respectivamente, que ayudan a digerir las proteínas. Por lo tanto, consumir estas frutas antes de una comida con carne puede favorecer la digestión de las proteínas.
¿Se puede comer la fruta como postre?
Las frutas son una buena opción antes y después de comer, no por ello engordarán más o empeorarán la digestión. La ventaja de convertir a la fruta en el postre es que se apartan de otras opciones ultraprocesadas con más calorías y menos nutritivas.
El portal quironsalud.es aseguró que “la fruta es buena a todas horas, sobre todo si comiendo fruta se eliminan de la dieta otros productos menos saludables, como helados o postres dulces”.
Por el contrario, el hecho de consumir la fruta antes de la comida tiene un punto positivo y es que aporta saciedad, lo que puede facilitar que las personas coman menos cantidad de los platos principales. Por tanto, el que la coma antes o después solo depende de cómo prefiera cada persona.