Sin duda, los piojos en niños son un gran dolor de cabeza para muchos padres, ya que además de ser bastante difíciles de quitar, les crea mucho picor y molestias a los más pequeños, y al ser contagiosos, se enfrentan contra la discriminación de sus compañeros.

En concreto, los piojos son insectos muy pequeños. De hecho, son tan diminutos que apenas se pueden ver. Un piojo tiene el tamaño similar al de una semilla de sésamo.

Si bien, los piojos necesitan estar cerca de la piel para sobrevivir, y el calor de la misma es un lugar perfecto para ellos, los piojos se alimentan de pequeñísimas cantidades de sangre (menos de la que consume un mosquito) y usan sus pegajosas patas para sujetarse al cabello, según el portal KidsHealth.

Cabe resaltar que cuando los piojos empiezan a vivir en el cabello de una persona, también empiezan a poner huevos, o las famosas liendres. Además, pueden sobrevivir hasta 30 días en la cabeza de una persona y pueden poner ocho huevos al día.

Sin embargo, una alternativa para muchos son los remedios caseros, pero: ¿son realmente efectivos? Ramón Grimalt, profesor de dermatología en la Universidad Internacional de Cataluña y autor del blog Grimalt, aclara que algunos métodos pueden ser eficaces para la eliminación física de las liendres y piojos, pero no sustituyen los tratamientos químicos. Pueden ayudar a contribuir a eliminarlos de forma manual, pero no matan a los piojos”, subraya el experto.

En la mayoría de los casos, los piojos afectan a niños entre tres y 11 años y sus familias. | Foto: Getty Images

Así mismo, María José Cachafeiro, titular de la Farmacia Cachafeiro en Asturias y coautora del blog DermoClass 3.0 de TodoDermo en Correo Farmacéutico, añade: “Es cierto que existen muchos remedios caseros contra los piojos y, si bien ninguno de ellos es probablemente perjudicial, más allá del mal olor o la sensación desagradable al aplicarlos, tampoco hay pruebas de su eficacia”.

Remedios caseros

Grimalt y Cachafeiro exponen su opinión y analizan la eficacia de algunos de los métodos naturales más utilizados:

Infusiones de ruda

  • No solo es una falsa creencia, sino que puede ser perjudicial para la salud.
  • “La planta ruda a veces provoca reacciones fotoalérgicas, por tanto, desaconsejo esta opción porque el contacto con la piel tiene un riesgo de fototoxicidad y, además, no sirve para nada”, dice Grimalt.

Infusiones de eucalipto

  • Hervir agua con unas hojas de eucalipto y extender la infusión sobre el cabello es solo un mito, según ambos expertos, porque no tiene ninguna acción contra estos parásitos.

Ajo

  • “El ajo tiene propiedades irritantes, pero no antibacterianas ni pediculicidas que actúen contra los piojos”, explica este dermatólogo.

Aceite del árbol del té

  • Hay estudios que demuestran que este activo es tóxico para piojos, aunque no son suficientes para avalar su uso, así como tampoco hay datos sobre la concentración necesaria para su eficacia, según indica Cachafeiro.
  • “Además, puede producir irritación en la piel y no debe usarse nunca en menores de 3 años”, enfatiza la experta.
  • En cuanto al uso general de aceites como tratamiento contra los piojos, Grimalt insiste en que su acción se debe más a la textura del aceite en sí que al origen del mismo.

Síntomas de los piojos

  • Llagas por rascarse. A veces las llagas pueden infectarse con bacterias.
  • Problemas para dormir, porque los piojos son más activos en la oscuridad.
  • Sensación de cosquilleo en la cabeza.
  • Picazón frecuente, que es causada por una reacción alérgica a las picaduras.

¿Cómo se contagian los piojos?

Los piojos se mueven arrastrándose, porque no pueden saltar ni volar y se contagian a través del contacto cercano de persona a persona. En raras ocasiones, se pueden contagiar al compartir objetos personales como sombreros o cepillos para el cabello, según el portal especializado en salud, MedlinePlus.

¿Quién está en riesgo de tener piojos?

En la mayoría de los casos, los piojos afectan a niños entre tres y 11 años y sus familias. Esto se debe a que los niños pequeños, a menudo, tienen sus cabezas juntas mientras juegan.