Un procedimiento quirúrgico bastante común para bajar de peso es el bypass gástrico. Sin embargo, ¿cuánta grasa elimina en verdad este procedimiento?, ¿es tan efectivo como parece? Esto revelaron los expertos.
En primer lugar, hay que hacer la acotación que esta intervención se les hace a las personas con obesidad severa, quienes necesitan bajar varios kilos en el menor tiempo posible para no arriesgar su salud ni padecer complicaciones médicas.
A partir de ese contexto, el estudio Long-term Study of Bariatric Surgery for Obesity: LABS, del Instituto Nacional de enfermedades Digestivas y del Riñón (Niddk, por sus siglas en inglés), analizó a profundidad los resultados de los pacientes que se sometieron a esta intervención quirúrgica, a fin de comprobar la eficacia de este procedimiento.
Tomaron como muestra a la población de Estados Unidos, de la cual el 40% de los habitantes tienen obesidad y otro 9% padece obesidad severa. Bajo ese panorama, el estudio inicia indicando que estas cifras generan una mayor probabilidad en la sociedad frente a padecer patologías complicadas, tales como diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas, hepáticas y renales.
Para solucionar esta situación, los pacientes con esta condición pueden reducir el riesgo de experimentar enfermedades de salud mediante la reducción de peso. Sin embargo, se hace hincapié en ciertos casos cuando una rutina de ejercicio no basta para bajar de peso. Principalmente, las personas con obesidad extrema requieren un procedimiento lo más pronto posible, sumado a que la dieta y el ejercicio puede ser retador para estas personas.
En este punto entra la intervención del bypass gástrico, conocida también como cirugía bariátrica. Según las cifras de la Sociedad Estadounidense de Cirugía Metabólica y Bariátrica, aproximadamente más de 250 mil personas al año se realizan en suelo norteamericano este procedimiento. Al estudiar varios pacientes con obesidad y que pasaron por la clínica, obtuvieron varios resultados.
Por un lado, encontraron que este procedimiento tuvo una tasa de mortalidad baja, dado que solo el 2.1% de pacientes que se sometieron al bypass abierto y el 0.2% que fueron intervenidos con un bypass laparoscópico fallecieron. El resto tuvo éxito en la cirugía. Frente a los efectos posteriores, el 4.1% de los pacientes tuvieron al menos un resultado negativo (diferente a la muerte), como desarrollo de coágulos de sangre, heridas infectadas o no ser dados de alta por la aparición de otra complicación.
No obstante, ningún paciente de estos tuvo complicaciones posteriores significativas o de gravedad. Aquellos que tuvieron resultados negativos, pudieron ser tratados mediante otro procedimiento. Asimismo, las personas que tenían anteriormente antecedentes de coágulos de sangre, no experimentaron una reacción de esta sintomatología; es decir, el bypass no les despertó esta condición. Los pacientes que experimentaron esta condición no tenían antecedentes familiares relacionados con esto.
Con el paso del tiempo, la investigación siguió y se evaluaron a los pacientes en el lapso de siete años. Los resultados fueron los siguientes:
- Entre tres a siete años de realizada la cirugía, las personas se sometieron a una cirugía de derivación gástrica, lo cual hizo que recuperaran un promedio de 3.0% de su peso corporal. Sin embargo, aquellos que participaron en una intervención de banda gástrica recuperaron el 1.4% de su peso.
- El colesterol alto se redujo en grandes niveles en todos los pacientes. Además, la diabetes y presión arterial alta fueron menos comunes después del procedimiento quirúrgico. Empero, en algunos participantes la diabetes volvió, aunque en una menor medida con respecto a la que tenían antes de la cirugía gástrica.
- Los trastornos por consumo de alcohol aumentaron después de la cirugía de bypass gástrico, pero no después de la cirugía de banda gástrica.
- El dolor y la función física mejoraron después de la cirugía bariátrica.