Las dietas “milagrosas” que pululan en la Internet no son la mejor alternativa para bajar de peso. Si bien puede que algunas funcionen para lograr este propósito, están desaconsejadas por los especialistas, pues más que beneficios pueden conllevar problemas para la salud.
“El seguimiento de dietas sin asesoramiento ni seguimiento profesional puede traer aparejados problemas en la salud, como deficiencias nutricionales, alteraciones metabólicas y el famoso efecto rebote; sin tener en cuenta la frustración por no conseguir un objetivo, la ansiedad que supone cambios radicales en la alimentación o que cualquier pérdida de masa grasa debe estar combinada con ejercicio para favorecer la masa muscular. Además, en el caso de que exista una patología de base, esta puede empeorar considerablemente”, destaca el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), citado por la revista española ¡Hola!. En definitiva, los especialistas concluyen que “no se basa en comer menos, solo mejor”.
Es preciso decir que tampoco se puede pretender bajar de peso solo siguiendo una alimentación balanceada, sino que esto también debe ir acompañado del entrenamiento físico, pues este último, además de ayudar a quemar grasa, también contribuye en la formación de masa muscular y otras aristas que benefician al organismo.
La obesidad y el sobrepeso han sido relacionados por muchos años con la estética, así como también se les ha tildado de “vanidosos” a quienes buscan bajar de peso. Si bien estas dos condiciones sí guardan una estrecha relación con la apariencia física, son una problemática que va más allá y pueden afectar la salud de forma considerable. La obesidad es una enfermedad compleja que consiste en tener una cantidad excesiva de grasa corporal, la cual puede acarrear otra serie de complicaciones para la salud.
Se trata de un problema médico que aumenta el riesgo de padecer enfermedades tales como la diabetes, la presión arterial alta, la enfermedad cardiaca y algunos tipos de cáncer; suele ser causada por un número de razones que pueden estar relacionadas entre sí, como la alimentación, el sedentarismo o factores hereditarios.
Mayo Clinic explica que bajar unos cuantos kilos, hacer cambios en la dieta o tener un mayor nivel de actividad física pueden ayudar a mejorar e, incluso, prevenir los problemas de salud que se relacionan con la obesidad.
De acuerdo con la entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la obesidad se diagnostica cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o mayor que 30. Para poder determinar el índice de masa corporal, la persona debe dividir su peso en kilogramos por su altura en metros cuadrados y multiplicarlo por 703.
En ese sentido, hay quienes se preguntan si el horario puede influir a la hora de querer bajar de peso, cuya respuesta es sí. Por un lado, los expertos hacen énfasis en que la clave está en comer bien, consumiendo las cinco comidas del día: desayuno, medias nueves, almuerzo, onces y cena, sin embargo, esto debe hacerse dentro de los horarios ya establecidos. La clave parecería estar frente a la última comida del día, la cena.
Al respecto, indican que los últimos alimentos que ingiere el organismo deben ser entre las 7:00 p. m. y las 8:00 p. m., esto con el objetivo de que el cuerpo tenga chance para hacer la digestión de los mismos. De la misma forma, recomienda que la cena sea liviana para no recargar el estómago justo antes de ir a dormir.
El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos reseña tres hábitos saludables que pueden ayudar a bajar de peso:
- 1. Elegir alimentos saludables: la mitad del plato debe contener frutas y vegetales.
- 2. Comer porciones pequeñas: se puede usar un plato más pequeño o revisar la etiqueta de información nutricional para aprender cuál debe ser el tamaño de las raciones.
- 3. Incorporar el ejercicio en la rutina diaria: Hacer jardinería, salir a caminar con la familia, practicar algún deporte, iniciar un club de baile con los amigos, nadar, usar las escaleras, o caminar a la tienda o al trabajo son algunas formas de empezar.