Además de estar presentes en la elaboración de millones de productos, el consumo adicional de sal y azúcar lleva a excesos que afectan la buena salud de miles de personas en el planeta.
Esto ha encendido las alarmas por la apremiante necesidad de reducir y regular su uso. Sin embargo, la conclusión de los profesionales de la salud es una: la educación de la población como paso crucial.
De acuerdo con el internista endocrinólogo Martín Vásquez, el consumo excesivo de azúcar se asocia a problemas que van desde la caries en los niños hasta el incremento de las tasas de obesidad y, a su vez, de diabetes; además de eventos cardiovasculares y cerebrovasculares. “Nosotros no estamos diseñados para consumir la gran cantidad de azúcar que hoy recibimos de forma directa, bien sea la que le echamos al tinto o a los jugos, o en forma indirecta, a través de productos ya elaborados que vienen con cantidades elevadas”, señala Vásquez.
En cuanto a los riesgos del consumo de sal, si bien el sodio es necesario para vivir, su exceso es altamente perjudicial, pues provoca retención de líquidos e incremento de la presión arterial. Esto se convierte en un factor de riesgo para desarrollar eventos cardiovasculares, como el infarto o los accidentes cerebrovasculares.
¿Regular el consumo?
En 2013, la Asamblea Mundial de la Salud acordó nueve metas de carácter voluntario para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles; en particular, la detención del aumento de la diabetes y la obesidad, y una reducción de 30 por ciento en la ingesta media de sal para 2025. Estas metas resultan apremiantes si se tiene en cuenta que 60 por ciento de los colombianos sufren problemas de peso.
Hoy, aproximadamente una cuarta parte de la población mundial es hipertensa, y la prevalencia de diabetes tipo dos oscila entre 6 y 8 por ciento en los adultos. “Por supuesto, existen otros factores detonantes, además del exceso de sal y azúcar en las comidas, como lo son el sedentarismo y el consumo elevado de grasas saturadas”, señala Carlos Lezama, nutricionista-dietista CISSN Sports Nutritionist.
Carolina Prieto Saldarriaga, médica endocrinóloga, cuenta que, en un estudio reciente realizado a la población colombiana, se evaluó la presencia de eliminación urinaria de yodo (yoduria). El trabajo arrojó resultados que demostraban una aparición de yodo en exceso, lo que está directamente relacionado con el elevado consumo de sal: “Hemos pasado de unas dietas, que en algún momento fueron deficitarias en yodo, a yodar la sal de cocina”, comenta Prieto.
Por otra parte, algunos países adoptaron medidas no restrictivas pero sí informativas, como el etiquetado frontal, lo que ha permitido que la gente comience a informarse sobre las cantidades que consume. Para Vásquez, “La educación a la población revierte el consumo exagerado de este tipo de sustancias y lleva a una disminución de las tasas de enfermedad y mortalidad”.