Por años el consumo de leche de vaca y sus derivados en personas mayores ha sido una incógnita la cual ha generado ciertas dudas relacionadas con sus posibles efectos dañinos sobre la salud en general, en concreto con la salud cardiovascular.

Sin embargo, no existen evidencias científicas y la mayoría de las personas relacionan este producto con el aumento de peso, la disminución de la tensión arterial, el colesterol o por el contrario, lo ven beneficioso para la salud de los huesos.

Hace pocos meses, la revista The New England Journal of Medicine publicó Milk and Health, una revisión de una serie de estudios relacionados con la leche y algunos de los problemas de salud con mayor prevalencia. Entre su análisis encontraron que la leche no engorda si se consume de la manera correcta, además, afirman que su aporte calórico es muy limitado en relación con la gran cantidad de nutrientes que proporciona.

En concreto, solo encontraron estos porcentajes de materia de grasa según el tipo de leche: entera, el 3,5% es materia grasa, la semidesnatada, el 1,8 % es materia grasa y la desnatada, el 0,8% es materia grasa.

Leche natural extraida de las vacas ayuda al crecimiento de los niños | Foto: Getty Images

Por otro lado, la enfermera Catalina García, coordinadora de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca del Hospital Quirón Salud Barcelona, explica que la grasa que contiene la leche ayuda a transportar algunas de las vitaminas liposolubles, aportando mucho al cuerpo, por lo que resulta tan beneficiosa como necesaria.

Efecto de la leche en el colesterol

Todavía no existe evidencia científica que demuestre que su consumo aumente el colesterol y los lípidos, sin embargo, se aconseja optar por la versión desnatada tanto en este alimento como en sus derivados. Esta opción es mejor, ya que las grasas lácteas contienen un mayor porcentaje de grasas saturadas, que pueden incrementar el colesterol LDL, el cual se considera malo, según explica la enfermera Catalina García.

Además las personas que sufren de colesterol alto saben que esto es uno es uno de los factores de riesgo para la enfermedad coronaria, no obstante, todavía no se ha observado una relación netamente clara entre consumir leche o derivados lácteos y una mayor incidencia de patologías coronarias o de muerte.

¿Hipertensión?

Todavía no se ha demostrado que el consumo de leche o sus derivados mejoren la tensión arterial. Por esta razón, especialistas del Hospital de Barcelona, afirman que en las personas que siguen una dieta reducida en sal y en grasas saturadas o rica en vegetales y frutas, cuentan con una disminución de la tensión, pero no se le puede atribuir exclusivamente al consumo de leche desnatada.

Beneficios en la salud

Un estudio realizado en el 2018, en Estados Unidos, aconseja consumir cada día un total de 3 raciones de leche, queso o yogurt entre otros derivados lácteos, a partir de los 9 años de edad; ya que su aporte de calcio en la alimentación brinda un menor riesgo de sufrir fracturas.

No obstante, todavía no existe una demostración científica de estos beneficios, pero si hay estudios que tratan sobre el posible riesgo de algunos efectos secundarios si se excede su ingesta.

Por esta razón, la enfermera Catalina García, afirma que la leche tiene una gran importancia en el momento del crecimiento de cualquier niño, durante todo su proceso en la infancia.

En conclusión, el consumo de leche dependerá de la calidad de la dieta que se siga, ya que los nutrientes que más necesita el cuerpo y que se encuentran en los lácteos de la vaca, también están en otro tipo de alimentos como los frutos secos, el tofu y el brócoli.