Una de las mejores formas de proteger el corazón es la alimentación. Los expertos en salud insisten en que el consumo suficiente de variedad de frutas y verduras puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas y muerte prematura. En ese sentido, las verduras de hoja verde son de las que más aportan a la salud de este órgano.
Una investigación publicada en la revista Circulation de la Asociación Americana del Corazón revela que los participantes que consumían al día cinco porciones de frutas y verduras (dos de fruta y tres de verdura) tenían un 12 % menos de riesgo de padecer muerte por enfermedades cardiovasculares, incluidas las cardíacas y los accidentes cerebrovasculares.
Las verduras que mostraron mayores beneficios fueron la espinaca, la lechuga y la col rizada, así como aquellas ricas en betacaroteno y vitamina C, como los cítricos, las bayas y las zanahorias. El brócoli, según la Fundación Española del Corazón, es otra de las verduras favorables para la salud del corazón gracias a que contiene ácido fólico, zinc, hierro, calcio, vitamina K y antioxidantes, lo que le permite ayudar a reducir el riesgo de accidentes vasculares.
En similar sentido, un estudio realizado por investigadores de la Universidad Edith Cowan, de Australia; la Sociedad Danesa del Cáncer, y la Universidad de Australia Occidental, encontró que las verduras de hoja verde y otras verduras con alto contenido de nitratos tienen un beneficio significativo para el corazón.
Los resultados de la investigación publicada en la Revista Europea de Epidemiología indican que el consumo de una taza de estos vegetales todos los días tiene relación con una presión arterial más baja y un riesgo reducido de enfermedad cardíaca.
De acuerdo con los expertos, la mayoría de las verduras de hoja verde tienen muchos nutrientes, vitaminas, minerales y antioxidantes, por lo que son excelentes para incluir en la dieta diaria.
Hábitos saludables para el corazón
Esta serie de hábitos ayduar a la salud del corazón:
1. Cuidar la alimentación
La dieta debe ser equilibrada, variada y cardiosaludable. Para ello, es aconsejable disminuir el consumo de grasas saturadas, grasas trans y colesterol, prescindir de los alimentos que hayan sido sometidos a procesos industriales, comer más pescados, carnes magras y alimentos con fibra, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres y cereales, hidratarse bebiendo, aproximadamente, un litro y medio de agua al día.
2. Realizar ejercicio
Con el ejercicio físico regular se disminuye el riesgo de sufrir un infarto. Igualmente, se reduce el riesgo de desarrollar otros problemas cardiovasculares y enfermedades oncológicas, realizando ejercicio, con una intensidad moderada, durante un total de 150 minutos a la semana. Además, no es necesario buscar actividades muy complicadas, sino que se puede caminar o pasear.
3. Prestar atención al peso corporal
Hay que señalar que el exceso de peso y la obesidad son factores que predisponen a desarrollar diabetes y tensión arterial alta, que pueden ser perjudiciales para la salud cardiovascular si no se realiza el seguimiento adecuado. Por ello, se debe vigilar el peso, lo que requiere el control del consumo de calorías y su adaptación en caso necesario.
4. Descansar
Un buen descanso de 7 horas, que además sea reparador y de calidad, permite recuperarse de la fatiga mental y corporal que se almacena durante el día. Dormir bien también ayuda a estructurar de nuevo las funciones vitales.
Para descansar bien, es importante cenar temprano, optar por una cena ligera sin excitantes, realizar ejercicio, que favorece el descanso y cuidarse de las apneas del sueño, ya que las personas con esta enfermedad, y que además no descansan bien, pueden ver incrementado su riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
5. Evitar las bebidas alcohólicas
No se recomienda el consumo de alcohol, ya que el exceso de estas bebidas puede incrementar la presión arterial y provocar arritmias cardiacas.
6. Revisar la salud cardiovascular
Se recomienda realizar un chequeo todos los años, sobre todo en las personas con diabetes, hipertensión u otros factores que predisponen a un riesgo cardiovascular, ya que esto forma parte de las medidas dirigidas a prevenir y detectar temprano los problemas del corazón.