Hacerse un tatuaje nunca es una decisión menor, pues se trata de una marca que se hará sobre la piel, con todos los riesgos que ello implica. Sin embargo, cuando se averigua correctamente y se realiza en un sitio que cumpla con todas las medidas sanitarias, seguramente será un ‘arte’ digno de presumir.
Ahora bien, más allá del dibujo, del artista y de las adecuaciones del lugar en el que se tatúe una persona, un factor determinante en la apariencia del tatuaje es el proceso de cicatrización, pues de este depende la apariencia de la dermis y de los colores.
Según explican desde el blog de Ink Sweet Tattoo, el proceso de cicatrización define el 40 % del resultado final. Aunque en general es un proceso fácil y de menor riesgo, requiere de un especial cuidado cada día, en especial, para limpiarlo como se debe.
Como señalan desde unCOMO, el portal de difusión sobre información médica y de bienestar, una de las primeras recomendaciones para proteger el tatuaje es hacer uso de los apósitos o películas autoadhesivas que se colocan para cubrir la zona lastimada. En algunos lugares, todavía se utiliza plástico para tapar la piel. Independientemente del tipo de protector que tenga, este cumple la función de evitar posibles infecciones.
“Básicamente estos apósitos cubren nuestro tatuaje y lo mantiene en condiciones óptimas de asepsia a la vez que ayudan a su cicatrización. El cuidado con los apósitos es mucho más sencillo, pues solo necesitas cambiarlo a las 24, 48 y 72 horas de salir del estudio”, explican desde Ink Sweet Tattoo.
Por otra parte, actualmente en el mercado hay una variedad de cremas que pueden acelerar o contribuir a que la cicatrización sea exitosa. De acuerdo con un artículo de dermaglós, un componente ideal y que se puede encontrar en las cremas es la vitamina A, puesto que este nutriente contribuye a la producción de colágeno, lo que favorece la regeneración de la piel tras las heridas propias del tatuaje.
Asimismo, aseguran los expertos de dicha compañía, la vitamina A también puede ser útil durante la etapa de picazón que sucede en el proceso de cicatrización del tatuaje. Debido a que lo idea es no rascarse, se puede optar por cremas con este nutriente para aliviar la molestia.
Otro paso fundamental en el cuidado del tatuaje recién hecho es la limpieza. Para ello, es importante hacerlo con delicadeza para evitar lastimar más la zona o arruinar el dibujo. En este sentido, desde el referido estudio de tatuajes, recomiendan utilizar un jabón neutro y agua tibia.
La técnica de lavado es muy sencilla: lo primero es humedecer el tatuaje con el agua tibia, luego tomar un poco de jabón con las yemas de los dedos y aplicarlo sobre la zona con suaves movimientos circulares. Durante el lavado se debe evitar al máximo arañar, rascar o remover con fuerza cualquier costra que se haya producido. Finalmente, se aconseja secarlo con papel o gasas en lugar de una toalla.
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Además de las recomendaciones enlistadas anteriormente, los expertos indican que se debe proteger el tatuaje del sol directo durante la cicatrización, por lo que se podría quemar la piel ya afectada. En caso de no poder evitar la exposición de la zona al sol, un tip es aplicar un poco de protector solar.
Es de resaltar que, como explica unCOMO, un tatuaje puede tardar hasta 15 días en curarse por completo, pero este tiempo también está sujeto a las características propias del tatuaje, es decir, su tamaño, la condición de la piel, el avance del proceso de cicatrización, entre otros.