La luz solar, la contaminación ambiental y la exposición a diversos agentes externos afectan la salud de la piel, órgano muy importante para el cuerpo, pues se encarga de aislarlo y protegerlo frente a agresiones tóxicas, químicas, de calor, frío y microorganismos patógenos, entre otros.
La piel también regula la temperatura del organismo y permite la percepción del tacto, según información de la compañía de salud Sanitas, de España. Sin embargo, con el paso de los años y el avance de la edad, este órgano se vuelve más susceptible y va perdiendo sus características de firmeza, lozanía y elasticidad, producto precisamente de los mencionados factores, pero también de los cambios naturales que se dan en el cuerpo como parte del envejecimiento y los malos hábitos de vida.
Una de las mejores formas de cuidar la piel es bebiendo suficiente agua, pues el cuerpo necesita reponer los líquidos que pierde, por lo que la recomendación de los especialistas es consumir entre dos y tres litros diariamente. Este líquido no solo ayuda a mantener la piel hidratada, sino a que el organismo funcione bien, elimine toxinas y mejore procesos digestivos, lo que al final termina reflejándose en la salud de la piel.
La ingesta de una alimentación saludable también es clave para mantener una piel saludable y en ella no pueden faltar los alimentos que contienen vitamina A, la cual es liposoluble y se almacena en el hígado.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, si una persona no recibe suficiente vitamina A, tiene mayor riesgo de desarrollar problemas oculares como ceguera nocturna reversible, pero también puede exponerse a presentar hiperqueratosis o piel seca y escamosa.
Esta sustancia es clave para ayudar a cuidar la piel debido a que interviene en la formación y regeneración de las células y tiene la capacidad de reparar aquellas que estén dañadas. Esto permite mejorar su condición, dándole una apariencia más suave y uniforme y juega un papel importante en su proceso de hidratación.
Otro de los aportes de la vitamina A es que incrementa la síntesis de colágeno, generando mayor elasticidad y ayuda en los procesos de cicatrización de las heridas. Adicionalmente, gracias a que es un antioxidante, ayuda a neutralizar los radicales libres, que son sustancias químicas que pueden causar estrés oxidativo en la piel, generando como consecuencia el envejecimiento prematuro.
Esta vitamina se encuentra en los alimentos de dos maneras: retinol y carotenoides provitamina A. El retinol preformado es una forma activa de la mencionada sustancia. Se encuentra en los hígados de animales, la leche entera y algunos alimentos fortificados; mientras que los carotenoides son los pigmentos de las plantas (tintes). Los expertos explican que cuando el organismo los digiere convierte estos compuestos en vitamina A.
Hay más de 500 carotenoides conocidos. Uno de ellos es el betacaroteno que es un antioxidante que protege las células del daño causado por los radicales libres.
Alimentos con vitamina A
Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, la vitamina A se encuentra de forma natural en muchos alimentos y se agrega a otros, como la leche y el cereal. Para que el cuerpo reciba las cantidades recomendadas se deben consumir alimentos como los siguientes:
- Algunos tipos de pescado, como arenques y salmón
- Hígado de vacuno y otras vísceras; no obstante se debe limitar su consumo de debido a que son ricos en colesterol.
- Hortalizas de hojas verdes y otras verduras de color verde, anaranjado y amarillo, como espinacas, batatas, zanahorias, brócoli, y calabaza de invierno
- Frutas, como melón, mangos y albaricoques
- Productos lácteos, como leche y queso
- Cereales para el desayuno fortificados
- Huevos