El dolor de espalda es una complicación de salud que afecta a gran parte de la población a nivel mundial, la cual dificulta el día a día de las personas y puede conllevar a dolencias severas.
Además, el dolor de espalda es la causa de dolor más frecuente en mujeres, siendo similar en todas las edades. Las localizaciones más frecuentes son la espalda, cabeza y extremidades inferiores.
Tomando como referencia la información de Medline Plus, el dolor de espalda es una afectación benigna en la mayoría de los casos. También es catalogada como autolimitada y de compleja etiopatogenia, por lo que no solo afecta la parte muscular, sino que puede denotar en aspectos emocionales y sociales.
La zona afectada en cuestión es la parte posterior del tronco en la columna vertebral, la cual va desde el lugar posterior e inferior de la cabeza hasta el extremo inferior de la columna vertebral.
Existen distintos tipos de dolor según el nivel de la columna vertebral al que afecten: cervical (dolor localizado en la columna cervical que suele ir acompañado de una disfunción y puede irradiarse a hombros, brazos y espalda); dorsal (es de tipo mecánico, habitualmente secundario a sobreesfuerzos o a una deficiente higiene postural) y lumbar (en la región lumbar, parte baja de la columna vertebral).
El origen en concreto de esta clase de dolencias es relativo, por el hecho que varía acorde a los pacientes. Esta dolencia se se encuentra en lesiones, alteraciones o disfunciones de los elementos de la columna vertebral, que incluyen tanto estructuras neurales (médula, raíces y plexos nerviosos) como músculo-esqueléticas y articulaciones.
Por otro lado, el dolor de espalda de tipo inflamatorio suele presentarse en personas jóvenes, menores de 40 años, con un comienzo gradual y durante más de tres meses. Mejora con la actividad, que no así con el reposo; puede provocar el despertar durante la noche y la rigidez matutina durante más de 30 minutos y empeora tras largos períodos de inactividad.
Con el fin de evitar alguna dolencia o eliminarla en poco tiempo, el mejor método es la alimentación. Los expertos del Laboratorio Normon explican que los productos con ciertos aporte vitamínicos son los mejores para el dolor de espalda.
Las vitaminas del complejo B, específicamente tiamina o vitamina B1, piridoxina o vitamina B6 y cianocobalamina o vitamina B12, se han utilizado solas o en combinación como complementos alimenticios en casos de deficiencia sérica. Estas vitaminas tienen efectos farmacológicos como la analgesia que, aunque poco difundido, se ha probado de manera experimental y clínica.
Con respecto a la vitamina B1 (conocida también como tiamina), este nutriente es responsable de los procesos metabólicos del organismo y de la producción de energía a través de hidratos de carbono. Además, interviene en el crecimiento y desarrollo de las células y en diversos procesos de regeneración celular.
Por si fuera poco, esta vitamina es fundamental en la contracción muscular y el flujo nervioso, lo cual hace que influya positivamente en las conexiones de los neurotransmisores, sustancias químicas encargadas de transmitir mensajes por todo el sistema nervioso, aspecto clave para inhibir el dolor.
La segunda vitamina elemental para el cuidado de la espalda es la piridoxina (vitamina B6). Los especialistas indican que es un pilar a la hora de regular el metabolismo de grasas y proteínas en el sistema inmunológico. Al igual que la vitamina anterior, cumple un rol esencial para el funcionamiento nervioso, concretamente en la producción de serotonina, norepinefrina y dopamina.
Además, sirve como catalizador de las primeras etapas de la biosíntesis de la esfingosina y participa en la formación de los constituyentes esenciales de las vainas de mielina de las células nerviosas.
Por último, la tercera gran vitamina es la B12, llamada también cobalamina o cianocobalamina. Esta es indispensable en la formación y maduración de los glóbulos rojos en la médula ósea y para el correcto funcionamiento neuronal. Asociada a la vitamina B1 y B6 se utiliza para el tratamiento de distrofias musculares o inflamación de los nervios (ciática, lumbago).
Los expertos señalan que la alimentación adecuada de estas tres vitaminas ayuda notablemente a la espalda, impidiendo que las dolencias se vuelvan diarios o reduciendo la complicación en poco tiempo.