El estrés físico o emocional puede causar la caída de la mitad y hasta tres cuartos del cabello en el cuero cabelludo, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Además Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que hay tres tipos de caída del pelo que pueden asociarse a niveles elevados de estrés:

  • Efluvio telógeno. En el efluvio telógeno, el estrés importante provoca que bastantes folículos pilosos pasen a una fase de reposo. En unos meses, los pelos afectados pueden caerse repentinamente con solo peinarse o lavarse el pelo.
Tanto hombres como mujeres tienden a perder el grosor y la cantidad de cabello con la edad. | Foto: GettyImages
  • Tricotilomanía. La tricotilomanía es una necesidad irresistible y recurrente de arrancarse el cabello del cuero cabelludo, de las cejas o de otras zonas del cuerpo, aunque se intente no hacerlo. Jalarse el pelo puede ser una forma de afrontar sentimientos negativos o incómodos, como el estrés, la tensión, la soledad, el aburrimiento o la frustración.
  • Alopecia areata. Se cree que hay una serie de factores que causan la alopecia areata, como el estrés grave. En la alopecia areata, el sistema inmunitario del organismo ataca los folículos pilosos, lo que provoca la caída del cabello.
Normalmente, una persona pierde aproximadamente 100 cabellos de la cabeza todos los días. | Foto: AndreyPopov

Afortunadamente, existen vitaminas que pueden ayudar a frenar la caída del cabello por estrés, y la Clínica Ibiza reveló que son las vitaminas A, vitaminas del complejo B (B5, B6 y B8), vitamina C y vitamina E.

Así las cosas, para obtener las dosis requeridas, es muy importante tener una dieta equilibrada, rica en vegetales y fuentes de proteínas variadas.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que una dieta equilibrada debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe ser de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.

Sin embargo, algunas personas deben tomar suplementos vitamínicos para alcanzar las dosis diarias, pero este consumo debe estar guiado por un médico.

La mejor manera de obtener suficientes vitaminas es mantener una dieta balanceada. | Foto: Getty Images

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud.

Referencias