La carne y los huevos son de los alimentos con mayor aporte nutricional. Estos productos le brindan al organismo una serie de compuestos clave para el buen funcionamiento. Son proteínas que no deberían faltar en la dieta de ninguna persona, independiente de la edad que tenga.
Precisamente, uno de los nutrientes que no debería faltar en la alimentación son las proteínas. “El organismo las necesita para fortalecer y mantener los huesos, los músculos y la piel”, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Estos alimentos son una buena fuente de vitaminas. La Fundación Española de la Nutrición indica que en la carne destaca el contenido de vitaminas del grupo B, tales como la B1 (tiamina), B3 (niacina), B6 Y B12, además de la A, en forma de retinol. Las carnes también poseen pequeñas cantidades de la E, ácido pantoténico y biotina.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos aseguran que la tiamina, ayuda a convertir los alimentos que la persona consume en la energía que necesita. Este nutriente es importante para el crecimiento, desarrollo y funcionamiento de las células del organismo.
Por su parte, la B6 ayuda a producir anticuerpos, los cuales son necesarios para combatir virus, infecciones y otras enfermedades. De igual forma, esta vitamina contribuye a mantener la función neurológica normal y a producir hemoglobina. Una deficiencia de vitamina B6 puede causar una forma de anemia y un nivel adecuado de este nutriente ayuda a mantener el azúcar (glucosa) en la sangre en los rangos normales.
En la carne también se encuentra la vitamina B12, que al igual que otras del complejo B, es clave para el metabolismo de proteínas. Ayuda a la formación de glóbulos rojos y al mantenimiento del sistema nervioso, aseguran los expertos.
Cuando los niveles de este nutriente están bajos en el cuerpo, es posible que se genere anemia, demencia, pérdida del equilibrio, entumecimiento u hormigueo en brazos y piernas y debilidad.
Vitaminas de los huevos
Por su parte, el huevo es otro de los alimentos clave para el cuerpo. Su riqueza proteica es alta. De acuerdo con el Instituto de Estudios del Huevo, las proteínas de la clara solo se digieren parcialmente por el organismo si se consume cruda. Al cocinarla, la digestión es total y se aprovechan todos sus componentes, mientras que las de la yema sí se aprovechan aunque se consuman sin cocinar.
La mencionada fuente asegura que la proporción entre los ácidos grasos saturados e insaturados del huevo es nutricionalmente recomendable y es uno de los alimentos de origen animal con mejor composición grasa.
El huevo es la mejor fuente dietética de colina, que está en la yema. La colina es importante para la formación y el funcionamiento normal del cerebro y el sistema nervioso y previene el deterioro cognitivo ligado al envejecimiento. Las mujeres gestantes y en periodo de lactancia necesitan un aporte suficiente de colina para el desarrollo del bebé.
De acuerdo con los expertos, el huevo contiene todas las vitaminas que el hombre necesita, salvo la C, en proporciones relevantes. Estos nutrientes se reparten de forma desigual entre la yema y la clara.
Las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), la colina, el ácido fólico y la vitamina B12 se encuentran exclusivamente en la yema, donde se concentra igualmente la mayor parte de la biotina, el ácido pantoténico y las vitaminas B1 y B6.
La biotina del huevo no puede aprovecharse en el organismo en la clara cruda, ya que se encuentra ligada a la proteína avidina de la clara. Es necesario cocinarla para romper el enlace que las une y que pueda ser metabolizada.