Dormir lo suficiente es esencial para ayudar a mantener una salud y un bienestar óptimos. El sueño es tan vital como hacer ejercicio de forma regular y llevar una dieta balanceada.
Dormir poco genera una serie de afectaciones como disminución de la atención, la concentración y la memoria. Además, puede tener incidencia en el trabajo y en el desempeño académico. Incluso puede ser un síntoma de ansiedad o depresión. El insomnio no solo daña la salud física y psicológica, sino que también afecta el funcionamiento del cerebro.
Para los expertos, es importante que las personas se esfuercen por dormir lo suficiente con regularidad y más cuando empiezan a envejecer, pues es muy común que se despierten en la noche, lo que no les permite descansar.
De acuerdo con el Medical News Today, por ejemplo, existe evidencia que sugiere que dormir bien por la noche puede ayudar a una persona a consumir menos calorías durante el día, lo que se traduce en menor riesgo de obesidad.
La falta de sueño no se identifica tanto como una patología sino como una consecuencia de problemáticas como el estrés y preocupaciones, las cuales provocan un estado de alerta que dificulta que la persona pueda dormir y descansar. Existen también otras causas como dolores musculares o problemas de estómago.
De hecho, el portal especializado Mejor con Salud listó una serie de razones por las una persona puede tener somnolencia excesiva durante las actividades habituales y en ocasiones, se duerma involuntariamente durante el día:
- Hipersomnia idiopática: esta situación se presenta cuando una persona duerme más de 11 horas al día y, aún así, no tiene un sueño reparador. Normalmente, no se conocen las causas por la que esto pasa.
- Síndrome de Kleine-Levin: es un trastorno que se da con frecuencia en los adolescentes varones, estos, duermen alrededor de 18 horas diarias pero, durante la vigilia, se ponen irritables y confusos.
- Narcolepsia: es un trastorno crónico del sueño que se caracteriza por una somnolencia extrema durante el día y ataques repentinos de sueño, de acuerdo con Mayo Clinic.
- Sueño interrumpido e insomnio: el cuerpo, en este caso, no puede tener un sueño reparador durante la noche, por lo que experimenta somnolencia a largo del día.
- Apnea del sueño: es un trastorno que puede resultar potencialmente grave, en el cual la respiración se detiene y vuelve a comenzar en repetidas oportunidades. Esta afección se presenta debido al cierre de la vía respiratoria superior, que abarca las fosas nasales, la boca, la faringe y la laringe, según indica el sitio especializado Cinfasalud.
Cabe destacar que si cualquiera de los síntomas anteriores persiste, se debe acudir inmediatamente a un especialista para que recete los exámenes necesarios y programe los tratamientos adecuados.
Así mismo, como se mencionó anteriormente, los hábitos alimenticios son importantes para que la calidad del sueño sea óptima. En ese orden de ideas, es preciso decir que hay una serie de alimentos que conviene consumir antes de ir a la cama, como otros que es mejor evitar.
La leche es uno de los productos que ha sido recomendada por años para poder conciliar el sueño y lograr una noche placentera.
Además, un estudio publicado en Sleep evidenció que las personas que tenían deficiencia de vitamina D eran más propensos a dormir menos y tener interrupciones del sueño que los que la consumían de forma regular. En ese sentido, los expertos recomiendan el consumo de huevo, al ser uno de los pocos alimentos ricos en la vitamina en mención.
También, las almendras, además de ser una fuente de calcio, son convenientes para mejorar la calidad del sueño, al ser un relajante natural.