Con el regreso a la oficina y a las actividades del diario vivir, no siempre se tiene tiempo para alimentarse de forma adecuada y muchas veces simplemente se come para saciar el hambre o calmar la ansiedad y no con fines nutritivos. A este tipo de alimentación se le llama hambre emocional.

El factor emocional dentro de la alimentación es clave, ya que, muchas veces se consumen alimentos que hacen sentir bien o que traen recuerdos. Sin embargo, el problema es cuando hay un sentimiento de necesidad incontrolable de comer para calmar las emociones o pasar un mal momento.

Por ello, Silvia Sáenz, nutricionista de Mondelez, brinda algunos consejos y recomendaciones para identificar esta situación y hacer frente al hambre emocional.

  • Cuando realmente se sienten ganas de comer o el cuerpo necesita alimento, la sensación no viene acompañada de ansiedad. Al contrario, las ganas de comer se pueden saciar al ingerir alguna comida y no se sentirá hambre hasta después de unas horas.
  • Además, cuando alguna persona sienta ansiedad y esta se acompaña por la necesidad de comer algo con urgencia, es adecuado hacer una pausa e intentar identificar que está produciendo esa sensación. Muchas veces el respirar y tomarse un tiempo para hacer una pausa en el trabajo o en la rutina diaria, hacer una caminata corta o moverse a un espacio abierto, ayudará a calmar esa necesidad de comer cualquier cosa para calmarse.
  • Es importante tomarse el tiempo para consumir las comidas, darse un espacio en donde estas se puedan disfrutar plenamente poniendo atención plena en lo que se ingiere y eliminando las distracciones.

Cinco jugos que sirven para limpiar y desintoxicar el colon

  • Jugo de brócoli y espinaca: Estos ingredientes están cargados de fibras y antioxidantes, los cuales resultarán beneficiosos para el colon. La preparación de este toma menos de 10 minutos, solamente se deberá introducir el brócoli y la espinaca a la licuadora, y agregar un poco de agua. Luego, se espera a que termine el proceso hasta que no haya grandes restos sólidos.
  • Jugo de papaya, kiwi y apio: Será necesario cortar la papaya hasta tener una taza llena de estos pedazos; asimismo, se debe sacar las semillas y quitar la cáscara; una vez se haya hecho esto, se introduce a la licuadora, junto a un kiwi (preferiblemente con cáscara porque tiene dosis extra de fibra), una rama de apio y una taza de agua.
  • Jugo de manzana, pepino, apio, jengibre y perejil: Al igual que en el jugo de manzana, se deberá sacar el centro antes de agregarla a la licuadora; además, es necesario cortar el pepino a la mitad y trocear un pedazo de jengibre. Después se licúan todos los ingredientes, añadiendo aproximadamente 250 mililitros de agua.
  • Jugo de pera, chía, jengibre y apio: Las semillas de chía son opcionales; sin embargo, cabe resaltar que estas harán que el licuado sea más digerible. Además, en caso de querer añadirlas, se deberá dejar en agua entre dos y ocho horas. Posteriormente, se podrá agregar a la licuadora junto a dos ramas de apio, una pera (sin corazón), un pedazo de jengibre y una taza de agua.