El reflujo gastroesofágico (RGE) se caracteriza porque el contenido del estómago se devuelve hacia el esófago. En un proceso normal, éste no pasa al esófago, ya que existe un esfínter esofágico inferior que actúa como una válvula e impide que se devuelva.

Sin embargo, según la Clínica Universidad de Navarra (CUN), en España, cuando esta barrera muscular se altera o se relaja inadecuadamente, el contenido gástrico se regresa, irritando la mucosa y produciendo diferentes síntomas o complicaciones.

Algunos de los signos y síntomas más comunes de este padecimiento son, según el instituto de investigación Mayo Clinic, los siguientes:

  • Una sensación de ardor en el pecho (acidez estomacal), que suele sentirse después de comer y que puede empeorar a la noche o al estar acostado
  • Retroceso de ácido (regurgitación) de alimentos o de líquidos agrios
  • Dolor de pecho o en la parte alta del abdomen
  • Dificultad para tragar (disfagia)
  • Sensación de nudo en la garganta

Si la persona presenta reflujo ácido durante la noche, también podría experimentar tos continua, inflamación de la cuerdas vocales (laringitis) y problemas de asma por primera vez o asma que se agrava.

De acuerdo con los especialistas, cualquier persona puede tener este padecimiento, incluso los bebés y los niños. Si no se trata, es posible que derive en problemas de salud más serios. En algunos casos, se requieren medicinas o cirugía.

Para aliviar las molestias generadas por esta afección es importante evitar el consumo de algunos alimentos que en ocasiones empeoran la situación.

Fritos y alimentos grasosos: Estos alimentos hacen que el esfínter esofágico inferior se relaje, permitiendo que el ácido salga y suba al esófago. Además, se digieren lentamente y permanecen más tiempo en el estómago, con lo que el ácido gástrico tiene más tiempo para llegar al esófago, aumentando el riesgo de acidez.

Adicionalmente, los productos ricos en grasas provocan el aumento de peso, lo que incrementa la presión en el abdomen y facilita que el líquido suba hacia el esófago, precisa un artículo publicado por AARP, organización estadounidense que atiende a personas mayores de 50 años.

Tomates: Además de ser un alimento muy ácido, también es responsable de provocar el regreso del ácido gástrico hacia el esófago.

Chocolate: La citada fuente indica que el alto contenido de grasa, la cafeína y la teobromina, un compuesto presente en el grano de cacao, pueden desencadenar el reflujo ácido. Adicionalmente, el chocolate hace que los intestinos liberen serotonina, lo que provoca que el esfínter esofágico inferior se relaje y se abra, permitiendo que ese flujo no deseado vuelva a subir al esófago.

Menta: Diversos análisis han demostrado que la menta tiene sedante y hace que esfínter se relaje. Al hacerlo, permite que los ácidos suban por al tracto gastrointestinal alto, por lo que no es aconsejable consumirla si se tiene este padecimiento, de acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos.

Bebidas carbonatadas: Las burbujas de las bebidas carbonatadas aumentan la presión sobre el esfínter esofágico, lo que también aumenta el riesgo de que el ácido refluya hacia el esófago.

Café Aunque los estudios sobre el tema son contradictorios, algunos han demostrado que las bebidas con cafeína pueden perjudicar el funcionamiento de los músculos que separan el esófago y el estómago, indica la publicación de AARP.

Alcohol: Estas bebidas pueden irritar el esófago y hacer que el estómago produzca más ácido. Asimismo, relaja esa puerta del músculo del mencionado esfínter.

Adicionalmente, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos hace las siguientes recomendaciones:

  • Comer menos porciones en las comidas
  • No comer antes de acostarse
  • Perder peso, cuando es necesario
  • Vestirse con ropa holgada