Después de soportar muchos años los ronquidos de su esposo, María decidió abandonar el lecho marital y trasladarse en las noches al cuarto de huéspedes. Desde el primer día los resultados de su decisión saltaron a la vista. “Fue como ir al paraíso”, relata. “Las almohadas, la cobija y el silencio eran todos para mí. Por primera vez en mucho tiempo pasé una noche entera sin despertarme”. Como ella, muchas personas están tomando una decisión parecida para dormir mejor. Recientes estudios muestran que en Gran Bretaña y Japón una de cada cuatro parejas duerme en camas o cuartos separados, y en Estados Unidos, la Asociación Nacional de Constructores de Vivienda presupuesta que para el año entrante el 60 por ciento de las nuevas casas tendrá dos cuartos principales. Los neurólogos están a favor de la medida pues conocen el drama que puede ser para los casados la guerra de cobijas, las paradas al baño y los ruidos, lo cual hace que dormir juntos, así se trate del amor de su vida, sea una pesadilla. Por más compatible que sean en muchas actividades de la vida diaria, las parejas pueden no serlo en temas del sueño. Hay evidencia científica de que cuando uno es un búho y el otro un pájaro madrugador hay más conflictos maritales, menos satisfacción en el matrimonio y más retos en la intimidad. Se calcula que por cuenta de este problema el cónyuge afectado deja de dormir entre una y dos horas cada noche, aún si no recuerda haberse despertado. Los expertos lo llaman síndrome del insomnio conyugal y sus consecuencias, la fatiga y la irritabilidad al otro día, pueden ocasionar a largo plazo problemas en la relación de la pareja.Las investigaciones muestran que dormir solos es lo ideal, al menos para el cerebro. Un estudio de la Universidad Ryerson en Toronto mostró que aunque muchos casados reportaron dormir muy bien con sus parejas, al ser monitoreados en su sueño se despertaban continuamente por el movimiento y los sonidos del otro. “La separación a la hora de dormir podría ayudar a la pareja en lugar de afectarla”, dice Colleen Carney, autora del trabajo. A pesar de esto, muchos casados no toman la decisión por el temor a que ello los distancie emocionalmente. “Si no duerme en la misma cama, la percepción es que ya no tendrán relaciones sexuales. En general, dormir aparte es sinónimo de que hay problemas en la intimidad de esa pareja”, agrega.Wendy Troxel, psicóloga e investigadora de la corporación Rand afirma que dormir juntos no es necesario para tener un matrimonio saludable. “A la mayoría les gusta dormir así pero para quienes esto implica pasar noches en vela, la cama aparte es una solución”.Hay muchos que toman esta decisión sin importar el qué dirán “y tienen relaciones sanas y se sienten conectados emocionalmente”, dijo a SEMANA la terapeuta de parejas Lee Crespi. Eso no quiere decir que a veces esa decisión lleve a sentimientos de rechazo sexual que pueden ser un “reflejo de falta de cercanía en la relación, y eso sí puede ser preocupante”, añade.Algunos dicen que es una tristeza que la gente esté optando por estas medidas tan drásticas antes de buscar ayuda, en el caso de los roncadores, o de solucionar las diferencias de hábitos de sueño con ciertas normas, como prohibir en la habitación aparatos electrónicos después de cierta hora. Paul Rosenblatt, psiquiatra de la Universidad de Minnesota y autor del libro Two in a bed dice que dormir con alguien trae beneficios. Es bueno para la salud porque muchos problemas médicos pueden ser advertidos por el compañero de cama, pero también es beneficioso para la vida sexual porque las parejas que duermen juntas tienen más oportunidad de tener encuentros eróticos. Ese no es el caso de María quien reporta una mejor sexualidad ahora que ella y su esposo duermen en cuartos separados pues cada vez que ella se mete en la cama de él reviven los encuentros que tenían cuando eran novios. “Extrañarlo en las noches hace que aquellos momentos en que dormimos juntos sean más especiales”.Camas separadasEstas son algunas razones por las cuales las parejas deciden dormir separadas.• Horarios diferentes: cuando uno es madrugador y el otro trasnochador el sueño de ambos, en algún momento, se va a interrumpir.• Problemas físicos: roncar, tener el síndrome de la pierna inquieta o simplemente moverse demasiado, ocasiona insomnio en la pareja.• La temperatura corporal: a veces los casados pelean en medio del sueño porque uno siente frío y el otro calor. Ese puede ser uno de las causales de las famosas guerras de cobijas.• Hábitos de cama divergentes: A algunos les gusta trabajar en la cama o ver noticias en internet. Si duermen en pareja, la luz de las pantallas puede ocasionarle problemas para conciliar el sueño al que está en plan de dormir. • La crianza: tener niños pequeños puede hacer que dormir una noche sin despertarse sea un reto para ambos.