Realizar ejercicio físico de manera regular y alimentarse de manera equilibrada son dos aspectos clave para tener una buena circulación, un proceso vital para todo ser humano, pues a través de él la sangre llega a los tejidos y células, precisa el portal Medical News Today.

Cuando la sangre circula distribuye oxígeno y nutrientes, mientras elimina desechos que el cuerpo no requiere. Si una persona quiere gozar de buena circulación debe, entre otras cosas, evitar fumar, reducir la ingesta de grasas saturadas y no permanecer en una misma posición durante mucho tiempo, así como limitar la ingesta de alcohol.

Los niveles de colesterol elevado son otro de los grandes enemigos de una buena circulación. Este tipo de grasa en ocasiones se acumula en las paredes de las arterias evitando que la sangre fluya de manera natural, generando complicaciones cardiovasculares. El colesterol se produce en el hígado, pero también proviene de los alimentos que las personas ingieren, precisa la Fundación Española del Corazón.

Los problemas con la circulación también puede ser consecuencia del proceso natural de envejecimiento del cuerpo. Algunos de los síntomas más comunes de esta afección son la hinchazón de las piernas, frío en las manos y los pies y calambres, según indica el portal de bienestar y salud Tua Saúde.

Como ya se mencionó, la alimentación es determinante para cuidar la condición de los vasos sanguíneos, las arterias y, en general, la salud del corazón y por eso en ella no deberían faltar las frutas y verduras, así como las proteínas magras, cereales integrales y las grasas buenas, evitando las saturadas y las trans.

Para prevenir esta afección y a la vez tratarla, es fundamental mantener buena actividad física y reducir al máximo malos hábitos como en consumo excesivo de alcohol y tabaco. Con ello, Carolina Betancourth señala en la revista Mejor con Salud que el caldo de pollo es uno de los alimentos más recomendables no solo para el dolor articular y el fortalecimiento de los huesos, sino también para curar problemas intestinales y circulatorios.

Como indica el portal mencionado, un estudio de la Universidad de Nebraska indica que el caldo de pollo dificulta el movimiento de los neutrófilos, los cuales eliminan los gérmenes del organismo, pero provocan inflamación en los tejidos, por lo que este alimento ayuda a reducir notoriamente dicha inflamación.

Específicamente, el caldo de pollo disminuye la inflamación y el dolor articular, debido a que contiene sulfato de condroitina, glucosamina y otros compuestos que son extraídos del cartílago del hueso de pollo. Al mismo tiempo, este poderoso alimento, que contiene grandes cantidades de calcio y magnesio, desempeña un papel fundamental en la formación de huesos sanos y fuertes.

¿Cómo preparar caldo de pollo?

Ingredientes:

  • 1 pollo entero
  • Agua filtrada fría.
  • 2 cucharadas de vinagre.
  • 1 cebolla grande.
  • 2 zanahorias.
  • 3 tallos de apio.
  • 1 manojo de perejil.
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Preparación:

  • Inicialmente, pele y corte en trozos la cebolla grande y las dos zanahorias. Luego de ello, llene una olla con agua filtrada y purificada.
  • Al tener las verduras en trozos, añádala al agua junto con las dos cucharadas de vinagre, el perejil y el apio.
  • Después, lave el pollo con abundante agua, llévelo a la olla y déjelo hervir hasta que emane una espuma que llegue a la superficie de la olla.
  • Finalmente, deje reposar por unos minutos y retire los huesos de pollo para que pueda consumirlo.