La edad es implacable con la piel y, a medida que avanzan los años, esta experimenta varios cambios. Las líneas de expresión se van atenuando poco a poco, la piel se torna más delgada, pierde grasa, elasticidad, firmeza y comienzan a aparecer señales bastante notorias, como las arrugas y las manchas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), exponerse de manera prolongada a los rayos del sol puede acelerar el desarrollo de las arrugas, así como la sequedad, las manchas por la edad e incluso aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel.

Otros factores como no tomar suficientes líquidos, exponerse demasiado tiempo a los rayos solares, fumar, y el estrés también aceleran el desarrollo prematuro de las arrugas.

A medida que avanza el envejecimiento, la piel va perdiendo su firmeza y flexibilidad. Este efecto se debe a la reducción de una proteína llamada elastina, que se encarga de aportar resistencia, dureza y elasticidad a la piel. El resultado inminente es la aparición de arrugas, las cuales son especialmente notorias en el rostro.

Por esta razón, es común que algunas personas acudan a remedios caseros y tratamientos con la finalidad de eliminar las arrugas, prevenir su desarrollo prematuro y contrarrestar los efectos del envejecimiento, al menos desde el punto de vista estético.

Mascarilla con miel y aloe vera para restaurar la piel

El portal PanoramaWeb comparte un paso a paso para preparar una mascarilla que tradicionalmente ha sido utilizada para beneficiar la salud de la piel.

Sin embargo, es pertinente mencionar que este tipo de remedios caseros no garantizan su efectividad en un 100 %, pues no cuentan con respaldo científico. Por ello, es recomendable consultar con un dermatólogo antes de intentar cualquier tratamiento natural.

Ingredientes:

  • Una cucharada de miel de abeja.
  • Una cucharada de gel de aloe vera.
  • Diez gotas de aceite esencial de almendras.
  • Una cápsula de vitamina E.

Preparación:

En un recipiente limpio, mezclar muy bien la miel con el gel de aloe vera. Luego, incorporar las diez gotas del aceite esencial de almendras y la cápsula de vitamina E. Se debe revolver hasta obtener una mezcla homogénea.

Para la aplicación de la mascarilla, se debe llevar la mezcla al rostro y realizar un masaje. Una vez se haya esparcido por toda el área, se deja actuar durante 30 minutos. Pasado este tiempo, se retira con agua tibia, se procede a secar muy bien el rostro y se aplica crema hidratante.

La miel es uno de los ingredientes más populares en la medicina alternativa. Sus usos abarcan temas de salud y belleza. | Foto: Gabor Izso | Getty Images

Según destaca el portal especializado Mejor con Salud, uno de los atributos de la miel tiene que ver con su efecto para eliminar impurezas. Gracias a su pH ácido, evita la proliferación de bacterias.

En cuanto al aloe vera, el portal web de Nivea reseña que este ingrediente tiene un notable poder hidratante, pues su componente esencial es el agua. Así mismo, ayuda a atenuar las arrugas y las líneas de expresión, favorece la cicatrización de la piel, tiene efectos antiinflamatorios, combate la celulitis y tiene un efecto calmante ante las quemaduras por el sol, contribuyendo en la regeneración de la piel.

Por su parte, la vitamina E es conocida como un nutriente beneficioso para la salud cutánea. Dentro de sus cualidades se destacan la prevención de enfermedades dermatológicas, el favorecimiento del proceso de cicatrización y la prevención del envejecimiento prematuro.

Consejos para el cuidado de la piel

MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, comparte algunos consejos para cuidar la piel desde el hogar:

  • Humectar la piel con la frecuencia que sea necesaria.
  • Evitar productos para el cuidado de la piel y jabones que contengan alcohol, fragancias, colorantes u otros químicos.
  • Tomar duchas cortas y con agua tibia.
  • Bañarse solo una vez al día.
  • Evitar restregarse la piel.
  • Afeitarse inmediatamente después de bañarse, cuando el vello es suave.
  • Usar ropa suave y cómoda cerca de su piel, evitando las telas ásperas como la lana.
  • Lavar la ropa con detergentes libres de colorantes o fragancias.
  • Beber mucha agua.