Los cartílagos son tejidos conectivos elásticos que revisten las articulaciones y permiten su movimiento sin problemas. El portal Mejor con salud señala que hay tres tipos:

  • Hialino: el cual es el más abundante en el organismo.
  • Fibroso: ubicados en donde se insertan los ligamentos y los tendones.
  • Elástico: presente en la laringe, el oído y la epiglotis.

El cartílago está compuesto por matriz extracelular y por unas células conocidas como condrocitos. Estas características hacen que el tejido cartilaginoso pueda unir los huesos y darles movilidad, “ya que se encuentra cubriendo los extremos de las articulaciones de zonas como las rodillas”, explican en el portal unCOMO.

Los especialistas en el portal Mayo Clinic señalan que además del dolor de rodilla, las personas con el cartílago de la rodilla desgastado pueden presentar síntomas como “la inflamación y rigidez, crujidos de rodilla, debilidad, enrojecimiento y dificultad para doblar la rodilla”.

Los ligamentos son una banda de tejido conjuntivo fibroso, sólido y elástico que une los huesos en el seno de la articulación. Estos permiten los movimientos, pero evitan esos desplazamientos forzados que pueden causar las luxaciones.

Al igual que los cartílagos, los ligamentos también tienen clasificaciones:

  • Acintados: pasan de un hueso al otro sin perder contacto con la estructura ósea.
  • Cordonados: saltan de un hueso al siguiente.

Los expertos señalan que la zona más comprometida suele ser las rodillas, pues estas deben soportar todo el peso del cuerpo, aunque también se pueden resentir los hombros, las muñecas o los talones.

Tanto los cartílagos como los ligamentos se pueden ver afectados por diferentes condiciones y situaciones, en Mejor con salud señalan que pueden ser:

  • Envejecimiento.
  • Enfermedades degenerativas, como artritis.
  • Obesidad o sobrepeso.
  • Ejercicio físico en exceso.
  • Lesiones.
  • Movimientos repetitivos.
  • Transporte de objetos pesados.

El cartílago lesionado, inflamado o dañado puede causar síntomas como dolor y limitación del movimiento. También puede conducir a daños articulares y deformidad, según el portal MedlinePlus.

Expertos indican que la medicación ordenada por un especialista en salud es importante para regenerar estos tejidos, pero hay alimentos y remedios naturales que sirven como complemento para el cuidado de cartílagos y ligamentos.

Gelatina

La gelatina podría jugar un papel importante regenerador de cartílagos y ligamentos, según afirma una investigación realizada por la Universidad Yonsei (Corea del Sur).

Este alimento es rico en colágeno, el cual se encarga de reparar tejidos, huesos, tendones. Aporta aminoácidos esenciales, además tiene otro beneficio, no tiene grasa ni colesterol.

Ingredientes

  • 2 cucharadas de gelatina sin sabor (20 gramos).
  • 1 banano.
  • 1 naranja.
  • 2 cucharadas de agua (20 gramos).
  • 2 cucharadas de miel (40 gramos).

Preparación

  • Primero, exprimir el zumo de la naranja. Machacar el banano.
  • Luego, mezclar el puré de banano con la miel y reservar.
  • Luego, disolver con agua la gelatina y calentar a baño maría.
  • Verter el jugo de naranja y mezclar bien.
  • Después, colocar en un molde y llevar a la nevera por 20 minutos.
  • Por último, es momento de servir, colocar debajo el puré de banano con miel y encima el cubo de gelatina con naranja.

La soya

La soya tiene una buena cantidad de proteínas y que se pueden consumir en diversas presentaciones: leche, harina, tofu y productos fermentados. En Mejor con salud aconsejan que para aprovechar mejor sus bondades, lo ideal es que sea orgánica.

Ortiga

Este remedio casero sirve para fortalecer cartílagos y ligamentos por su alto contenido de magnesio, potasio, silicio y hasta clorofila. Los especialistas indican que estos nutrientes intervienen en la salud de los tejidos.

Ingredientes

  • 3 cucharadas de hojas de ortiga (80 gramos).
  • 4 tazas de agua (1 litro).
  • 1 cucharadita de zumo de limón (10 gramos).
  • 2 cucharadas de miel (40 gramos).

Preparación

  • Primero se debe calentar el agua y cuando hierva añadir la ortiga.
  • Dejar que hierva 15 minutos y retirar del fuego.
  • Luego, tras 15 minutos, filtrar y vaciar en una botella de cristal.
  • Después, colocar en la nevera 1 hora.
  • Antes de beber, agregar el jugo de limón y la miel.
  • Mezclar bien y beber frío (se puede añadir cubos de hielo).