Las cicatrices se forman como parte del proceso natural de sanación después de que una persona ha sufrido una lesión. Cuando la dermis, la segunda capa de la piel, se daña, el cuerpo forma fibras de colágeno para reparar el daño y eso causa la cicatriz.
Las cicatrices visibles se producen cuando las capas más profundas de la piel se ven comprometidas, por lo tanto, la mayoría de las lesiones que se pueden presentar a diario, como laceraciones, cortes, abrasiones o quemaduras no representan un peligro, indica el portal Top Doctors.
Según expertos, mientras más rápido sane una herida menos colágeno se depositará y menos se notará la cicatriz y, en general, la gravedad de la cicatriz depende de qué tan grande fue el daño o la lesión.
La formación de las cicatrices también está muy relacionada con la persona lesionada y existen diferentes tipos. Las atróficas, que se caracterizan por la pérdida del tejido. El portal Healthline explica que estas suelen tener pigmentación más oscura. Algunos ejemplos de cicatrices atróficas incluyen aquellas generadas por el acné y la varicela.
También son frecuentes las hipertróficas, cuya característica es un exceso de tejido que se forma sobre la piel a medida que esta sana; sin embargo, no crecen fuera del área lesionada. También suelen ser más oscuras que el resto de la piel.
Las cicatrices queloides, por su parte, son el resultado de un proceso de sanación agresivo y una producción excesiva de tejido. Estas se caracterizan por una apariencia elevada, gruesa e inflamada. Usualmente son más oscuras que la piel que las rodea. A diferencia de las hipertróficas, pueden crecer fuera del área lesionada.
Por último están las cicatrices de contractura, que aparecen cuando grandes áreas de piel se pierden o dañan, usualmente debido a quemaduras. Se caracterizan por piel tensa y brillante que impide el movimiento.
Los especialistas aseguran que las cicatrices suelen desvanecerse con el tiempo, pero nunca desaparecen completamente. La Biblioteca de Medicina de Estados Unidos indica que existen diversos tratamientos que pueden ayudar a minimizarlas; entre ellos: la dermoabrasión, los tratamientos con láser, las inyecciones, la eliminación de células muertas con productos químicos y las cremas.
No obstante, para quienes prefieren procesos más naturales y menos invasivos para cambiar la apariencia de la piel cuando se presentan cicatrices, existen algunos remedios caseros que pueden ayudar, según el portal Healthline.
Aloe vera
Se extrae el gel verde claro casi transparente de la sábila y se aplica directamente en la cicatriz realizando movimientos circulares. Luego de media hora, se enjuaga el gel con agua fresca y fría. Se debe repetir dos veces al día.
Vitamina E
Se abre una cápsula de vitamina E, se pone sobre la cicatriz y se exprime el aceite sobre ella. Se masajea durante 20 minutos. Se debe repetir el proceso tres veces al día.
Miel
Antes de ir a dormir se debe cubrir la cicatriz con una capa de miel y se tapa o envuelve con una venda, se deja durante toda la noche y en la mañana, se retira la venda y se enjuaga la miel con agua tibia. Esto debe ser parte de la rutina todas las noches.
Aceite de coco
Se calientan unas cucharadas de aceite de coco, lo suficiente como para que quede más líquido, se aplica masajeando la cicatriz durante aproximadamente diez minutos. Se deja que la piel absorba el aceite por un mínimo de una hora, se repite de dos a cuatro veces todos los días.
Vinagre de sidra de manzana
Se combinan cuatro cucharadas de agua destilada con dos cucharadas de vinagre de sidra de manzana, se sumerge un algodón y se aplica suavemente sobre la cicatriz, se deja secar. Se puede realizar este proceso todas las noche y retirar el vinagre en la mañana.
Limón
Se corta un pedazo de limón fresco y se frota suavemente sobre la cicatriz mientras se exprime el jugo sobre ella. Se deja actuar durante aproximadamente diez minutos antes de enjuagar con agua fría. Se debe realizar todos los días aproximadamente a la misma hora.
Papas
Se corta una rodaja de papa en círculos gruesos medianos y se frota en la parte afectada con movimientos circulares. Una vez que la rodaja de papa empiece a secarse, se tira y se frota con otra. El ejercicio se debe realizar durante unos 20 minutos y luego se deja que la cicatriz se seque durante diez minutos y se enjuaga con agua fría. Este tratamiento se debe realizar todos los días.
Bicarbonato
Se mezcla agua destilada con dos cucharadas de bicarbonato hasta formar una pasta. Se humedece la cicatriz con agua destilada y luego se aplica la pasta sobre la cicatriz húmeda. Se mantiene la pasta en su lugar con una compresa tibia durante 15 minutos y luego se enjuaga, repitiendo el proceso diariamente.
La recomendación es que antes de probar cualquiera de los remedios anteriores, se lave y seque cuidadosamente la cicatriz y el área alrededor. Adicionalmente, estos remedios solo se deben usar en las cicatrices; no en heridas abiertas. Si cualquiera de estos remedios causa irritación, se debe dejar de utilizar de inmediato.