El sistema inmunológico de los seres humanos está compuesto por una compleja red de células, tejidos y órganos que unidos ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades.
De este sistema hacen parte la piel, las mebranas mucosas, los glóbulos blancos y los órganos y tejidos del sistema linfático. En el caso particular de la piel, esta se encarga de evitar que los gérmenes ingresen al cuerpo; mientras que las membranas son los revestimientos internos húmedos de algunos órganos y cavidades corporales, que pueden atrapar y combatir los gérmenes, precisa la biblioteca médica Medline Plus.
Los glóbulos blancos luchan contra los gérmenes y las partes del sistema linfático, que incluyen el timo, el bazo, las amígdalas, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos y la médula ósea, tienen como misión almacenar y transportar glóbulos blancos.
Cuando, en conjunto, estas partes están debilitadas, es posible que el cuerpo se exponga a sufrir de enfermedades y sea más susceptible a que los virus y las bacterias lo ataquen.
Llevar una alimentación saludable y practicar ejercicio físico de forma regular son dos herramientas clave para fortalecer el sistema inmununológico. Según información del portal Salud Mapfre, de España, el sistema inmune tiene muchos enemigos dentro de los que destacan una alimentación desequilibrada, el humo del tabaco, la cafeína, la contaminación ambiental, el estrés y el sedentarismo, entre otros.
Estos factores provocan que el organismo y el sistema inmune se debiliten, facilitando el contagio de infecciones como gripas, cistitis y resfriados, los cuales pueden presentarse con mayor frecuencia y por períodos más largos cuando las defensas están bajas.
Según el portal de bienestar y salud Tua Saúde, para aumentar las defensas, la dieta debe incluir alimentos ricos en vitaminas y minerales, y una de las mejores formas de hacerlo es a través de la preparación de jugos o batidos que incluyan frutas, vegetales, semillas y frutos secos. Además, hay algunas recomendaciones caseras que pueden aportar en este propósito de manera complementaria.
Alimentos integrales
Información del portal Healthline indica que consumir alimentos integrales de origen vegetal como frutas, vegetales, nueces, semillas y legumbres es favorable debido a que son ricos en nutrientes y antioxidantes que pueden darle al cuerpo una ventaja contra los patógenos dañinos.
“Los antioxidantes en estos alimentos ayudan a disminuir la inflamación al combatir compuestos inestables llamados radicales libres, que pueden causar inflamación cuando se acumulan en el cuerpo en niveles altos. La inflamación crónica está relacionada con numerosas afecciones de salud, incluyendo enfermedades cardíacas, enfermdad de Alzheimer y ciertos tipos de cáncer”, precisa la citada fuente. Estos alimentos tienen fibra que favorecen la digestión y varios de ellos vitamina C que fortalece el sistema inmune.
Ingesta de té
La ingesta de té y de algunas plantas medicinales puede contribuir a subir las defensas. Por ejemplo, Tua Saúde menciona el de astrágalo, una planta popular en la medicina china, la cual ayudaría a aumentar la producción de células blancas de la sangre, especialmente los linfocitos T y macrófagos. Otra opción es el de jengibre, que contiene una sustancia activa, conocida como gingerol, que se relaciona con disminuir el riesgo de infecciones en el organismo y el desarrollo de virus, especialmente en el tracto respiratorio.
Más grasas saludables
Las grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva y el salmón, pueden aumentar la respuesta inmune del cuerpo a los patógenos disminuyendo la inflamación. “Si bien la inflamación de bajo nivel es una respuesta normal al estrés o a una lesión, la inflamación crónica puede suprimir el sistema inmunitario”, precisa Healthline.
En particular, el mencionado aceite es altamente antiinflamatorio, está vinculado a un menor riesgo de afecciones crónicas como enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2. Además, sus propiedades pueden ayudar al organismo a combatir las bacterias y los virus dañinos que causan enfermedades. Los ácidos grasos omega-3, como los del salmón y las semillas de chía, también combaten la inflamación.
Alimentos fermentados
Estos productos son ricos en bacterias beneficiosas llamadas probióticos, que se encuentran en gran cantidad en tu tracto digestivo. Estos alimentos incluyen yogur, kimchi, kefir y natto. “Las investigaciones sugieren que una red floreciente de bacterias intestinales puede ayudar a las células inmunitarias a diferenciar entre células normales y sanas, y organismos invasores dañinos”, asegura Healthline.
Controlar el estrés
Aliviar el estrés y la ansiedad es clave para mantener un sistema inmunológico fortalecido. El estrés prolongado promueve la inflamación, así como los desequilibrios en la función celular inmune. Las actividades que pueden ayudar a controlar el estrés incluyen meditación, ejercicio, llevar un diario, yoga y otras prácticas de conciencia plena.