La enfermedad del hígado graso no alcohólico (Nafld) es un término general para una variedad de afecciones hepáticas que afectan a las personas que beben poco o nada de alcohol, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Además, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, indica que existen dos tipos:

  • Hígado graso simple: hay grasa en el hígado, pero poca o ninguna inflamación o daño en las células del hígado. En general, el hígado graso simple no es demasiado serio como para causar daño o complicaciones al hígado.
  • Esteatosis hepática no alcohólica: existe inflamación y daños en las células del hígado, y grasa. La inflamación y el daño de las células del hígado pueden causar fibrosis o cicatrización del hígado. La esteatosis puede causar cirrosis o cáncer de hígado.

Asimismo, la entidad explica que no se conoce la causa del hígado graso, pero los investigadores sí saben que es más común en personas que:

  • Tienen diabetes tipo 2 y prediabetes.
  • Tienen obesidad.
  • Son de mediana edad o mayores (aunque los niños también pueden sufrirla).
  • Son hispanos, seguidos por blancos no hispanos. Es menos común en afroamericanos.
  • Tienen altos niveles de lípidos (grasas) en la sangre, como colesterol y triglicéridos.
  • Toman ciertos medicamentos, como los corticoides y algunas medicinas contra el cáncer.
  • Tienen ciertos trastornos metabólicos, incluyendo síndrome metabólico.
  • Pierden peso muy rápido.
  • Tienen ciertas infecciones como la hepatitis C.
  • Han estado expuestos a algunas toxinas.

Adicional, la biblioteca explicó que la enfermedad por hígado graso afecta a cerca del 25 %, pero en general, se trata de una afección silenciosa que tiene pocos o ningún síntoma, aunque, si se presentan síntomas, puede sentirse cansancio o tener molestias en el lado superior derecho del abdomen.

Así las cosas, para el hígado graso no alcohólico, los médicos recomiendan perder peso y por ello, el portal Cocina Recetas Fáciles reveló algunos remedios naturales para perder peso y combatir el hígado graso como, por ejemplo:

1. Licuar dos rábanos negros con un vaso de agua y una cucharadita de lecitina de soya granulada.

2. Hervir un litro de agua y agregar 10 gramos de tisana de menta, 10 gramos de diente de león, 10 gramos de boldo y 10 gramos de cardo mariano.

3. Hervir una taza de agua y agregar una cucharadita de hojas secas de alcachofa.

De todos modos, antes de consumir algún remedio casero, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.

Por su parte, otras estrategias para bajar de peso y combatir el hígado graso son:

  • Practicar ejercicio: la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos o actividades físicas aeróbicas intensas durante 75 o 150 minutos. También funciona una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
  • Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas y menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.