Cada vez que el corazón late bombea sangre que se desplaza hacia las arterias. La presión arterial se aumenta cuando este órgano transporta el líquido rojo por medio de sus latidos; este proceso se llama presión sistólica. Cuando el corazón esta en reposo, entre latidos, la presión arterial baja y se conoce como presión diastólica; así lo explicó el portal web de medicina y salud Medline Plus.
Para diagnosticar este padecimiento se necesitan de chequeos médicos regulares, debido a que esta enfermedad, por lo general, no presenta síntomas. Según Mayo Clinic para saber como manejar la enfermedad las personas son catalogadas en algunos de los siguientes grupos:
- Pre-hipertenso: son personas con presión sistólica de 120 a 129 mm Hg y diastólica por debajo de 80 mm Hg. Todavía no se considera un diagnóstico claro de hipertensión arterial, pero los valores están por encima de los que se catalogan normales.
- Hipertensión arterial de primer grado: cuando la tensión sistólica supera los 130 mm Hg y no pasa de 140 mm Hg, o la diastólica se registra entre 80 y 89 mm Hg, ya hay hipertensión de grado 1.
- Hipertensión de segundo grado: estos pacientes tienen valores repetidos de tensión arterial sistólica superior a 140 mm Hg y de diastólica mayor a 90 mm Hg. Este es un cuadro patológico con riesgo de daño a los órganos a mediano plazo.
Medline Plus indica que hay muchos factores que pueden afectar la presión arterial, como la cantidad de agua y de sal que tiene el cuerpo de cada persona, el estado de los riñones, el sistema nervioso, los vasos sanguíneos y los niveles hormonales.
Una persona tiene un riesgo más alto de sufrir hipertensión arterial si padece de obesidad, si con frecuencia está estresado o ansioso, toma demasiado alcohol (más de 1 trago al día para las mujeres y más de 2 al día para los hombres), consume demasiada sal, tiene un antecedente familiar de hipertensión arterial, tiene diabetes o fuma.
Las personas son más propensas a tener la presión arterial alta a medida que envejecen, pues los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la edad. Cuando esto sucede, la presión arterial se eleva y se aumentan las probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o muerte prematura.
El portal de salud y belleza Mejor con Salud brinda unas opciones de alimentos con las que se pueden preparar infusiones que pueden ayudar a regular la presión arterial; siempre y cuando se acompañan de los medicamentos prescritos, de una alimentación sana y equilibrada y de la práctica de actividad física. Cabe mencionar que antes de consumirlas es indispensable consultar con un médico que apruebe sus usos.
Apio
El apio es uno de los vegetales más usados para tratar esta afección. Este alimento tiene fitoquímicos y sustancias antiinflamatorias. Se cree que tiene un poder diurético que permitiría descargar el exceso de líquidos que elevan la presión arterial en algunos pacientes.
Según un estudio citado por el medio, la leche fermentada con extracto de apio sería capaz de reducir la tensión en personas mayores de 50 años con cuadros moderados de hipertensión. Tras 15 días del uso de esta bebida los resultados de los pacientes fueron similares a los que consumieron un medicamento como el losartán.
Para preparar una infusión de apio bastará con colocar 20 gramos de apio en agua en ebullición. Luego de 15 minutos de reposo, se debe colar e ingerir.
Orégano
Se cree que el orégano controla el síndrome metabólico, la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial. Este condimento puede ser usado para reemplazarlo por la sal. Esta especia reduce el colesterol malo o LDL y aumenta la concentración del colesterol HDL o bueno.
Para preparar una infusión con este ingrediente se debe colocar una cucharadita de este condimento en una taza de agua hirviendo. Luego de 15 minutos de reposo se debe colar e ingerir.
Diente de león
Se cree que esta planta tiene propiedades diuréticas que pueden ayudar a disminuir la presión alta, debido a que podría eliminar los líquidos que pudiesen sobrecargar al sistema cardiovascular. Para preparar una infusión con diente de león se debe agregar una cucharada de esta planta en un vaso de agua hirviendo. Se debe dejar reposar por 3 minutos, colar y beber. Se recomienda consumir esta bebida con moderación.