Los especialistas afirman que la piel es una capa protectora del cuerpo para proteger al organismo de agentes externos; también es importante entender que esta no tiene la misma consistencia o grosor en todas las partes del cuerpo, por ejemplo, en los pies, es más gruesa debido a las células adiposas que se localizan en la zona y se encargan de soportar todo el peso del cuerpo, pero esto no indica que sea resistente al uso y el abuso, la piel en los pies demanda algunos cuidados.
Con las largas caminatas y en general toda la actividad del cuerpo que deben soportar los pies, hay más posibilidades de padecer callosidades o resequedad. Esto se conoce como queratosis o hiperqueratosis, cuando la situación es más extrema.
La deshidratación es otro factor que puede generar los pies resecos o agrietados. Ante esta afectación los expertos aconsejan beber la cantidad de agua correspondiente, pero también se puede recurrir al uso de cremas hidratantes específicas para los pies. Lo más recomendable es consentir esta zona durante la noche y usar medias.
En algunas ocasiones el calzado puede ser el detonante para tener resequedad en los pies. Los zapatos deben ser cómodos, no deben apretar y tampoco quedar holgados, debe ser la medida precisa para evitar molestias, también se deben evitar esos zapatos con costuras internas que pueden generar daños por la fricción.
De acuerdo al portal Mejor con salud, la mala higiene, enfermedades metabólicas: como por ejemplo, la diabetes, problemas circulatorios, caminar muy seguido descalzo y tratamientos: como diálisis, quimioterapia o radioterapia, pueden causar la resequedad en los pies.
Cuando los pies sufren de resequedad se pueden tener síntomas como: la piel comienza a descamarse y sentir comezón, la zona donde se presenta menos hidratación puede tener un color rojizo, en algunos casos puede aparecer inflamación, molestias y dolor. Cuando la afectación es severa se pueden producir grietas que se deben manejar con mucho cuidado pata evitar infecciones.
En el portal Cocina delirante aconsejan una crema casera que ayuda a hidratarlos y suavizarlos.
Ingredientes
- Azúcar
- Aceite de olivo
- Hojas frescas de menta
Preparación
- En un recipiente se debe colocar tres cucharadas de azúcar y dos cucharadas de aceite.
- Mezclar muy bien para integrar cada ingrediente y añadir las hojas de menta. Revolver todo y aplicar sobre los pies a modo de masaje suave.
- Dejar reposar por 20 minutos la mezcla sobre los pies.
- Luego de este remedio se empiezan a sentir los pies más ligeros.
- Pasado este tiempo se debe enjuagar con agua tibia hasta quitar todo el exfoliante.
Otro de los remedios para tratar la resequedad en los pies es exfoliar los pies con un gran instrumento que puede ayudarte a lograr esta tarea como es la piedra pómez. Cuando los pies estén bien limpios y ligeramente enjabonados, se debe pasar la piedra por aquellas zonas propensas a tener durezas como los talones y la parte delantera de la planta del pie, así lo explican en el portal unCOMO.
Los especialistas en el cuidado de la piel indican que este proceso ayuda a eliminar todas las células muertas y la piel se mantendrá lisa y suave.
En unCOMO aconsejan un baño de los pies por lo menos una vez a la semana. Tan solo hay que llenar un recipiente con agua tibia, agregar sales marinas y unas gotas de algún aceite esencial (puede ser el de lavanda o el de menta), luego se debe dejar los pies sumergidos durante 15 o 20 minutos.
El azúcar con aceite de almendra es otro buen remedio para el cuidado de los pies. Solamente hay que mezclar los ingredientes y masajear los pies durante 5 minutos. En Mejor con salud aconsejan hacerlo después de un baño con agua tibia.