La retención de líquidos es un aumento en el volumen del líquido intersticial, es decir, una acumulación excesiva de líquidos en los tejidos, explica la Fundación Española del Corazón. La retención podría ser considerada por muchos especialistas una enfermedad originada, en la mayoría de los casos, en diferentes problemáticas del organismo que pueden estar relacionadas con problemas circulatorios, insuficiencia cardíaca y enfermedades de los riñones o hepáticas.
Si no está directamente relacionada con una afección puede, por ejemplo, ocurrir sencillamente porque en lugares con temperaturas altas las venas tienden a dilatarse. En ocasiones, las personas pueden tener la sensación de piernas cansadas, pesadez y hormigueo; otros presentan aumento del perímetro abdominal y aumento de peso inexplicable. Estos son algunos de los síntomas que se relacionan con la retención de líquidos. Por lo general, es común que se presente en las personas adultas y, en especial, en las mujeres.
Una investigación de The American Journal of Gastroenterology dice que posiblemente el exceso de consumo de sal impulsa la retención de líquidos, lo cual puede producir hinchazón, sensación de incomodidad y movilidad limitada.
Algunos especialistas aconsejan no añadir sal a ningún plato cuando se padece de esta enfermedad. Es por esto que Mayo Clinic brinda algunos consejos y recomendaciones para evitar el consumo de este compuesto. El medio menciona que el cuerpo necesita algo de sodio para funcionar adecuadamente; este componente se encarga del equilibrio de los fluidos en el cuerpo y del funcionamiento de los nervios y los músculos.
La sal es catalogada como el ingrediente que le da sabor a la mayoría de las comidas, pero su uso puede generar complicaciones graves para la salud. El exceso de sal en la dieta incrementa la presión arterial, causando aproximadamente el 30 % de hipertensión; representa un posible carcinógeno para el cáncer gástrico, y está asociada con la insuficiencia renal y la osteoporosis, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Así las cosas, es necesario ser conscientes en cuanto al consumo de la sal y su abuso.
Lo riñones son el órgano encargado de equilibrar la cantidad de sodio que llega al cuerpo. Cuando el sodio es bajo, los riñones se encargan de retenerlo y cuando es alto se encargan de expulsarlo por medio de la orina. En algunas ocasiones estos órganos no pueden eliminar el compuesto de más y este se acumula en la sangre. El sodio atrae y retiene el agua, por lo que el volumen sanguíneo aumenta; el corazón debe hacer un doble esfuerzo para bombear la sangre y eso aumenta la presión en las arterias.
Alimentos que contienen sodio
Los alimentos procesados o empaquetados por lo general tienen un alto contenido de sodio y también algunos productos como el pan, la pizza, los embutidos, el tocino, el queso, las sopas, la comida rápida y las cenas preparadas, como los platos de pasta, carne y huevo. Algunos condimentos como la salsa soya también tienen sodio y, si se le añade sal a la preparación, esto será nocivo para la salud. Se calcula que este producto tiene aproximadamente 1000 mg de sodio.
Cabe mencionar que algunos alimentos contienen sodio de forma natural como las verduras, los productos lácteos, la carne y los mariscos; sin embargo, el aporte de sodio es mínimo. Para saber si un alimento tiene un alto contenido de sodio, lo mejor es revisar la etiqueta del producto. Estos ingredientes incluyen sal o compuestos que contienen sodio.
- Glutamato monosódico.
- Bicarbonato de sodio.
- Polvo para hornear.
- Fosfato disódico.
- Alginato de sodio.
- Citrato de sodio.
- Nitrato de sodio.
Es importante aclarar que “la sal marina no es ‘mejor’ que la refinada por el simple hecho de que sea ‘natural’”. Cualquiera sea el origen de la sal, es el sodio el causante de problemas de salud, asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS).