En todo el mundo, las personas viven más tiempo que antes y hoy la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte”, explicó la OMS.
Adicional, señaló que entre las afecciones más comunes de la vejez cabe citar la pérdida de audición, las cataratas y los errores de refracción, los dolores de espalda y cuello, la osteoartritis, las neumopatías obstructivas crónicas, la diabetes, la depresión y la demencia. Es más, a medida que se envejece, aumenta la probabilidad de experimentar varias afecciones al mismo tiempo.
Así las cosas, La Opinión reveló un estudio del envejecimiento biológico publicado en la revista Nature, que señala que la clave para retrasar naturalmente el envejecimiento es llevar una dieta restringida en calorías.
Así las cosas, la revista Men’s Health reveló que para calcular las calorías diarias que se necesitan se debe multiplicar el peso corporal por 26 y por 28. Es decir, si el peso es 90 kilos, la operación es 90x26=2.340 y 90x28=2.520. Lo anterior quiere decir que el rango de calorías necesarias diarias es entre 2.340 y 2.520.
Dicho lo anterior, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reveló que una forma de reducir las calorías es:
- Evitando alimentos con un alto contenido calórico y un bajo contenido nutricional.
- Cambiar los alimentos con un alto contenido calórico por opciones con menos calorías.
- Reducir el tamaño de las porciones.
Asimismo, lo ideal es:
- Elegir productos lácteos bajos en grasa, carne magra y de ave de corral magra en cantidades limitadas.
- Reemplazar los granos refinados por cereales integrales.
- Comer cantidades moderadas de grasas saludables, como aceite de oliva, aceites vegetales, aguacates, nueces, mantequillas de nueces y aceites de frutos secos. De hecho, se deben limitar las grasas saturadas a menos del 10 % de las calorías diarias.
- Reducir el consumo de azúcar tanto como sea posible, excepto el azúcar natural de la fruta y la ingesta diaria de azúcares libres debe ser menos del 10 % de calorías totales, aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5 % de la ingesta calórica total.
- Tomar agua y aunque el consumo diario de este líquido es distinto para los hombres y para las mujeres, por lo general los hombres deberían consumir 3,7 litros de agua al día y las mujeres deberían beber 2,7 litros.
- Consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
Adicional, la alimentación debe estar acompañada de una rutina de ejercicio y una forma de hacerlo es tratar de caminar, nadar o realizar otras actividades que se disfruten son algunas recomendaciones.
Además, la actividad física moderada y regular puede ayudar a mantener un peso saludable y a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos; o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos. Se vale también una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.