La madre naturaleza es sabia y todo su conocimiento lo entrega a través de su creación, dejando todo un arsenal de recursos que son precisos para ayudarles a sus especies a subsistir. Plantas medicinales, frutos milagrosos y un sin fin de posibilidades están al alcance de sus manos para combatir enfermedades y dolencias propias del pasar de los años, por eso es tan importante cuidarla y preservarla bajo cualquier circunstancia.

Una de esas bondades que se puede encontrar al alcance de cualquier persona es el romero, una planta aromática que más allá de su particular aroma, posee una cantidad considerable de elementos naturales que benefician en gran medida a los seres humanos, no solo ayudando a mejorar la parte exterior del cuerpo, sino generando muchos beneficios para diferentes órganos y sistemas dentro de él.

Romero - plantas | Foto: Getty Images/iStockphoto

El romero, científicamente conocido como Rosmarinus officinalis L, se puede consumir de muchas formas, sin embargo, su aceite obtenido de la destilación de las hojas y las flores de su planta es una de las mejores opciones para embellecer y cuidar el cuerpo, gracias al aporte que hace en cuanto a fenoles, flavonoides, fibra, vitaminas (especialmente en niacina y tiamina) y en minerales como el potasio y el calcio se refiere.

Uno de los usos más cotidianos del aceite de romero es para calmar dolores musculares. Este destilado contiene propiedades calmantes y antiinflamatorias que permiten mitigar dolores, zonas sobrecargadas de mucho esfuerzo o incluso inflamaciones que se generan por cuenta de lesiones como los esguinces. “Concretamente, para aliviar los dolores musculares conviene usar el aceite esencial de romero, aunque también se puede usar el extracto de romero en aceite de oliva o almendras (como aceite base) y añadir unas gotas del esencial para potenciar los efectos”, reseña el portal unComo.

Aceite de romero. | Foto: Getty Images

Por otro lado, las propiedades antiinflamatorias del romero también surten efecto en el sistema cardiovascular, pues este puede actuar como vasodilatador y así se estimula la circulación sanguínea en varias partes del cuerpo como la piel. Dicho esto, el aceite de romero puede ser un aliado para mantener las várices en regla y evitar la retención de líquidos. Además, puede ser de gran ayuda para las personas que sufren de inflamaciones por cuenta de la artritis.

Ahora, si se tienen lesiones abiertas en la piel como heridas, cortadas o raspones, estas pueden ser tratadas con aceite de romero, cuyos componentes antisépticos y antibióticos van a ayudar a que estas lesiones se curen de la forma apropiada sin ninguna complicación. De hecho, el extracto de romero en su esencia tiene bondades cicatrizantes, que ayudan a que no quede marca alguna de dicha laceración.

Estas propiedades cicatrizantes del romero también son un punto de partida para su efecto en la piel del ser humano. No es necesario tener una herida para recurrir a este elemento natural, puesto que uno de sus componentes, específicamente el ácido rosmarínico, ayuda a regenerar las células cutáneas y así previene el surgimiento de arrugas o manchas indeseadas que llegan con el pasar de los años.

Aceite de romero. | Foto: Getty Images

Ahora, si se quiere seguir con la línea estética del romero, el cabello también se puede ver muy beneficiado por el romero, pues sus bondades circulatorias y revitalizadoras ayudan a que se prevenga la caída del pelo y a fortalecer el que ya se tiene, para que esté más sano y fuerte y resista agresiones por temperatura, químicos, movimientos mecánicos, etc.

Es importante decir que cada persona debe tener conocimiento pleno de qué sustancias puede aplicarse en su cuerpo y qué otras debe dejar para siempre. Aún así, el aceite de romero es fácil de conseguir y de manipular, por ende se le puede dar una oportunidad para mejorar el funcionamiento de nuestro organismo.