Las potencias mundiales le siguen apostando a proyectos de conquista del espacio y para ello trabajan en iniciativas propias, pero también en conjunto con otros países. Es el caso de Rusia y China, que presentaron este miércoles, en el marco de la conferencia Glex-2021, que tiene lugar en la ciudad rusa de San Petersburgo, un proyecto para crear una estación científica en la Luna.
Según se explicó, el proyecto consiste en un complejo de instalaciones experimentales que se instalarán en la superficie y la órbita de la Luna, destinadas a desarrollar trabajos de investigación multidisciplinarios, que incluirán el estudio de tecnologías para el funcionamiento no supervisado a largo plazo de las infraestructuras. Todo con la perspectiva de lograr una presencia humana a largo plazo en el satélite natural de la Tierra.
La iniciativa se desarrollará en dos etapas y se completará antes de 2035, cuando debe iniciarse su funcionamiento, de acuerdo con la información suministrada por Serguéi Savéliev, subdirector general de Roscosmos para la cooperación internacional, y Wu Yanhua, subdirector de la Administración Espacial Nacional del gigante asiático.
Entre 2026 y 2030 estaría previsto iniciar operaciones conjuntas de Rusia y China, entregar muestras del suelo lunar y probar las tecnologías del centro de mando. Posteriormente deberán desplegarse los sistemas de suministro de energía, comunicaciones y equipos, y poner en marcha una operación completa.
El anuncio se conoció luego de que China confirmara el lanzamiento el jueves a las 9:22 a. m. hora local (tarde del miércoles en Colombia) de tres astronautas hacia su nueva estación espacial, que está en construcción, para una primera misión de tres meses que encarna las esperanzas “del pueblo y del Partido (Comunista)”.
En la víspera del comienzo de la misión, el trío de astronautas hizo vibrar el espíritu patriótico chino. Esta misión será la primera vez en casi cinco años en que China lanza un vuelo espacial tripulado, que constituirá un récord para el gigante asiático.
En medio de un contexto de tensiones con Occidente, el éxito de esta misión es una cuestión de prestigio para Pekín, que se apronta a celebrar el centenario del Partido Comunista Chino (PCCh), el próximo 1.° de julio. De hecho, el miércoles, durante una conferencia de prensa en el centro de lanzamiento espacial de Jiuquan, en el desierto de Gobi (noroeste), los astronautas hicieron un saludo militar a los periodistas, ante una gran bandera roja con cinco estrellas.
El comandante de la misión, Nie Haisheng, quien ya efectuó dos vuelos espaciales, subrayó la dimensión patriótica de esta operación. “Desde hace décadas hemos escrito capítulos gloriosos de la historia espacial china y nuestra misión encarna las expectativas del pueblo y del propio Partido”, afirmó.
Lo tres hombres partieron a bordo de la nave Shenzhu-12, propulsada por un cohete Larga Marcha 2F, que se acoplará a Tianhe (“Armonía celeste”), de acuerdo con la CMSA (agencia espacial china).
Los astronautas se alojarán en Tianhe, único módulo de la estación que fue puesto el 29 de abril en órbita terrestre baja (a 350-390 km de altura). A bordo, se dedicarán a labores de mantenimiento, instalaciones, salidas al espacio, preparación de futuras misiones y de próximas estadías de otros tripulantes.
El trío realizó más de 6.000 horas de entrenamiento, incluidas volteretas en una piscina con trajes espaciales, para acostumbrarse a las salidas para paseos en la ingravidez.
“Nos batimos en cada minuto para cumplir nuestro sueño espacial”, indicó Liu Boming, otro de los miembros de la tripulación. “Me entrené consagrándome a la causa”, añadió.
En su cápsula, los tres militares podrán elegir entre 120 alimentos en las comidas y entrenarse en una cinta móvil para mantenerse en forma.
La misión Shenzhu-12 constituye el tercer lanzamiento de los 11 que serán necesarios para la construcción de la estación, entre 2021 y 2022. En total están previstas cuatro misiones tripuladas.
Además de Tianhe, que ya está en órbita, los dos módulos restantes, que serán laboratorios de biotecnología, medicina y astronomía, serán enviados al espacio el próximo año.
Estos últimos permitirán experimentar en biotecnología, medicina, astronomía y tecnología espacial.
Una vez concluida, la estación tendrá una masa de alrededor de 90 toneladas y se espera que tenga una vida útil de al menos 10 años, según la agencia espacial china.
Designada en inglés CSS (por “Estación Espacial China”) y en chino Tiangong (“Palacio Celeste”), la estación será similar en tamaño a la vieja estación soviética Mir (1986-2001).
El interés chino de tener su propia base humana en la órbita terrestre fue impulsado por la prohibición estadounidense para que sus astronautas estuvieran en la ISS.
Esta última, una colaboración entre Estados Unidos, Rusia, Canadá, Europa y Japón, debe ser retirada en 2024, aunque la NASA dice que potencialmente podría seguir en funciones más allá de 2028.
“Estamos dispuestos a colaborar con todo país que se comprometa con el uso pacífico del espacio”, declaró a la prensa un alto funcionario de la CMSA, Ji Qiming.
Con información de la AFP.