El ser humano necesita mantenerse activo para que los órganos cumplan con todas sus funciones y se pueda gozar de buena salud; esa es la premisa básica por la que se realiza el ejercicio. Con otros objetivos, el plan de entrenamiento puede variar, como en caso de querer bajar de peso o tonificar el cuerpo.

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la actividad física debe ser regular para poder obtener sus beneficios, esto es, practicar por lo menos media hora de alguna rutina de ejercicio al día, de tal forma que a la semana se sumen 150 minutos.

Además, la mencionada entidad indica que deben contemplarse dentro de las series algunos ejercicios pensados para estimular y mantener la estructura muscular.

La actividad física tiene múltiples beneficios para el organismo. | Foto: Thomas M. Barwick INC | Getty Images

Hay que decir que a la hora de definir un ejercicio u otro, lo mejor es siempre contar con una orientación profesional, teniendo en cuenta también las posibilidades de cada persona según su cuadro clínico, por ejemplo.

Y es que la efectividad de la actividad física no solo depende de levantar pesas, hacer cardio, utilizar los instrumentos adecuados, sino que deben considerarse aspectos como la alimentación, la hidratación, el descanso y uno en específico que muchos no consideran: el cambio de rutina.

Una de las claves para que el ejercicio sea bueno y surta efecto es encontrar la rutina más idónea para cada persona en particular. De hecho, hay quienes se desaniman al no ver los resultados que esperan después de un tiempo yendo al gimnasio. Esto último ocurre por la ausencia de cambios en las rutinas que se realizan.

Si bien encontrar un entrenamiento en el que la persona se sienta cómoda es necesario para no perder la motivación de hacer actividad física, variar esa rutina es clave para conseguir los mejores resultados.

¿Por qué cambiar la rutina de ejercicio?

El preparador físico Sergio Hincapié, del centro de entrenamiento Smart Fit, explica que el cuerpo se adapta con rapidez a la demanda de esfuerzo de cada ejercicio y esto puede jugar en contra cuando de ver resultados se trata.

“Nuestro cuerpo y organismo se adaptan con facilidad a las cargas de entrenamiento que les damos. Normalmente, el cuerpo, pasadas 8 o 10 semanas, ya sufre una adaptación a las rutinas que estamos llevando consecutiva y sistemáticamente”, explicó.

De acuerdo con lo que añaden desde el portal Mejor con Salud, al ajustar nuevamente la rutina, el músculo se verá forzado a realizar un esfuerzo diferente y así poder seguir fortaleciéndose. Esto se puede lograr no solo variando en el movimiento del ejercicio, también procurando ir aplicando cargas diferentes en la rutina.

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¿Cada cuánto se debe cambiar la rutina de ejercicio?

Los especialistas recomiendan que se modifique la rutina de ejercicios por los menos cada tres meses, debido a que es el tiempo suficiente para que el cuerpo pueda responder a un cambio en la actividad física y así “no entre en procesos de estancamiento y, que en vez de avanzar, empecemos a retroceder.

En líneas generales, no se aconseja mantener un mismo plan de ejercicio por más de cuatro meses. Aunque, de acuerdo con el portal Mejor con Salud, también puede depender de los objetivos que se persigan al realizar ejercicio, por tanto, solo debería ser definido por el entrenador que esté acompañando o guiando a la persona.

Entre los beneficios de hacer estos cambios se lista que permiten estimular más de un área del cuerpo, que es un error que se comete a veces al realizar actividad física y es centrarse en tonificar, reducir o aumentar una parte sin considerar el ejercicio como algo más global.

Al practicar un programa de entrenamiento y cumplir con el número de semanas adecuadas propuesto por el entrenador, la siguiente rutina tiene que tener un objetivo claro y específico para alcanzar.