El corazón late a un ritmo siempre acompasado. No importa si está acelerado por el ejercicio o por el estrés, este ritmo siempre es regular. A ese ritmo normal del corazón se le conoce como ritmo sinusal porque se genera en el nodo sinusal. Pero cuando ese ritmo varia se dice que hay una arritmia.

Las arritmias cardiacas son, por lo tanto, variaciones en el ritmo del corazón y están más relacionadas con el sistema eléctrico y la circulación del corazón que con la tubería (colesterol) que es lo que la gente más conoce. Las hay de muchos tipos.

Una de ellas es la fibrilación auricular, una forma especial de aritmia que se genera en la aurícula izquierda del corazón y según el experto Julián Miguel Aristizabal es tal vez la más relevante porque es bastante frecuente, en especial después de cierta edad (mayor de 65 años) “pero también porque tienen implicaciones serias como el aumento del riesgo de que uno haga un accidente cerebrovascular o una falla cardiaca”, dice.

Por eso, es algo que toda personas debería diagnosticarse tempranamente. Hacerlo, dice el experto, cambia el panorama de la enfermedad y el pronóstico del enfermo.

Las arritmias no siempre se sienten. Con esto sucede como con el dolor, que algunos tienen un umbral bajo y otros alto. Por eso, para Aristizábal lo importante es que la gente conozca su pulso, oiga su corazón y se familiarice con ese ritmo. “El ritmo es regular, acompasado, tiene una regularidad especifica y aumenta cuando uno hace ejercicio o está asustado y es más lento cuando uno duerme, pero es muy regular y cuando ese ritmo se vuelve irregular una de las cosas que debe sospechar es fibrilación auricular”, asegura.

Algunas personas si sienten las palpacitaciones, o el ritmo más acelerado del corazón más de lo normal, incluso al hacer actividades mínimas. Otros sienten ahogo, sensación de cansancio o sufren síncopes. En cualquiera de estas circunstancias debe ir al médico para que le ordene pruebas (tipo electrocardiograma) para saber cuál de las arritmia presenta. Algunas son benignas, otras son más serias. Por eso es importante darles un nombre. El compara el tema como con alguien habla del carro. ca “La arritmia es genérico, es el carro, pero tengo que saber si es camioneta, o bus o un sedán”.

Otro mito es creer que el corazón solo se enferma cuando estamos viejos. Para el cardiólogo es importante ir a cualquier edad para saber de forma temprana qué fallas hay en dicho órgano. Hay una ventaja en detectar los problemas precozmente y es que da más opciones para corregirlos y sobre todo, antes de que ocurra algo más serio. “Dependiendo del tipo de arritmia se recetan medicamentos o procedimientos. No todos necesitan esto, puede haber arritmias por infección y hay que tratar la infección, o retirar las sustancias estimulantes en caso de que este sea el factor que las provoca”.

La razón de las arritmias varia. Puede ser porque la persona nació con ella o porque está asociada a otra enfermedad, como la hipertensión. “Eso es lo que tratamos de ver los médicos”, dice Aristizabal, quien añade que las arritmias también pueden presentarse de manera aislada, sin una condición de base. A veces la persona es hipertensa y no lo sabe o tiene cicatrices en el corazón que generan esos cortos eléctricos. “Esas son las cosas que uno debe aclarar: qué llevó a esa arritmia.

El experto en arritmias es el cardiólogo electrofisiólogo pero un cardiólogo también puede detectar el problema y remitirlo al especialista. El mensaje para llevar a casa es que el corazón requiere cuidado. “Es un órgano que produce 100.000 latidos en un día y no le prestamos atención hasta que no hay problemas serios y el tema cardiovascular merece atención. Y para ello no hay necesidad de estar viejo ni sentir que por ser un gran deportista está protegido. Todos somos vulnerables y debemos consultar”, concluyó el experto.