Normalmente, la pérdida de cabello ocurre gradualmente y puede suceder por parches o ser generalizada (difusa). Además, las personas pierden aproximadamente 100 cabellos de la cabeza todos los días y el cuero cabelludo contiene alrededor de 100.000 cabellos, según Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Asimismo, la pérdida de cabello puede ser el resultado de herencia genética, cambios hormonales, afecciones médicas o una parte normal del envejecimiento y, aunque cualquiera puede perder el pelo de la cabeza, es más común en los hombres, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
No obstante, la pérdida de cabellos también está asociada con la alimentación y puede significar que hay un déficit de minerales como hierro, zinc, cromo, magnesio o potasio. Además, puede significar que hay resecamiento en el cuero cabelludo por el sol y por eso es importante proteger el cabello de los rayos solares y otras fuentes de luz ultravioleta, lo cual afecta las propiedades elásticas del cabello.
Otro factor que podría estar deteriorando el cabello es la sal del champú. Por tal razón, los expertos recomiendan evitar estos productos, aunque si no se puede conseguir un champú que no contenga sal, se puede elegir alguno elaborado con ingredientes 100 % naturales.
De igual manera, otra forma de evitar la pérdida de cabello es con una mascarilla natural de sábila, según el portal Salud 180. Para prepararla se necesitan diez cucharadas de gel de aloe vera; ½ vaso de leche de coco y ½ taza de avena. En seguida, se deben agregar los ingredientes en la licuadora para procesar por un minuto hasta conseguir una mezcla homogénea y espesa.
Finalmente, la mascarilla se debe poner en la nevera durante un día para poder utilizarla y para obtener los beneficios se debe aplicar en el cabello desde la raíz hasta las puntas y se debe dejar actuando por 40 minutos y este procedimiento se debe repetir de dos a tres veces por semana, según el portal.
Sobre la misma línea, existen diferentes vitaminas que ayudan con el crecimiento del cabello, como la tiamina o la vitamina B1, la B2 o riboflavina, la B3 o niacina, la B5 o ácido pantoténico, la B6 o también conocida como piridoxina, la B7 o biotina, la B9 o ácido fólico o la B12 o cobalamina.
De igual forma, para tener el cabello sano no hay que lavarlo tan seguido, ya que el agua y los productos de limpieza le quitan sus aceites naturales que lo ayudan a mantener la hidratación. En consecuencia, lavarlo cada dos o tres días es lo recomendable. Además, lo más aconsejable es utilizar agua tibia, que no supere los 36 ºC y acabar el lavado con agua fría, para cerrar y sellar las cutículas y conseguir así más brillo.
También es importante resaltar que el cuero cabelludo hay que lavarlo y mantenerlo limpio, porque es la base del cabello, sobre la que crecerá sano y fuerte. Un cuero cabelludo sucio puede favorecer la caída y la pérdida de densidad y de volumen.
Otro truco que ayuda a mantener la salud del cabello es cepillarlo antes de lavarlo. Este método ayuda a que este no se enrede cuando está mojado, se deshagan nudos que podrían hacer difícil la penetración del champú y se facilite el posterior desenredado, teniendo en cuenta que cuando el cabello está mojado presenta mayor debilidad y, con ello, mayores posibilidades de que se quiebre.
Sobre la misma línea, otra recomendación para tener el cabello sano es cepillarlo todas las noches “entre 10 y 20 pasadas, dependiendo del grosor del pelo”, de acuerdo con Philip B, un experto del cabello en Hollywood, citado por Vogue. Esto ayuda a que se exfolie el cuero cabelludo, se eliminen restos de productos, se estimule la circulación sanguínea y, por ende, se promueva el crecimiento y el brillo del cabello.