Una investigación de The American Journal of Gastroenterology dice que posiblemente el exceso de consumo de sal impulsa la retención de líquidos, lo cual puede producir hinchazón, sensación de incomodidad y movilidad limitada.
Entre la recomendación de los expertos está reducir la ingesta de sal. Y es que a pesar de que la cantidad recomendada al día es de cinco gramos por persona, en promedio se consume el doble.
Además de reducir el consumo de alimentos procesados, conviene prestar especial atención a las conservas, los embutidos, el queso salado, las aceitunas, los ahumados, las salsas y otro tipo de comidas, como el pan blanco, que se toma habitualmente y que contienen una elevada cantidad de sal.
Estas son algunas de las múltiples posibilidades para sustituir las grandes cantidades de sal y condimentar los alimentos según TKE Home Solutions, líder en soluciones de accesibilidad, para seguir consiguiendo sorprendentes y deliciosos sabores en cada una de las preparaciones.
Alimentos marinados: es una técnica que consiste en poner, normalmente, carnes o pescados en un líquido aromático y dejarlo en remojo durante unas horas, esto hace que el alimento esté más tierno, jugoso y sabroso. El líquido del marinado puede contener diversos ingredientes, como curiosidad hay que saber que si el líquido principal es vinagre, se denomina escabeche; si es zumo de limón y otro tipo de ácido, se llama cebiche; y si es una mezcla de vinagre y pimentón picante o dulce se conoce como adobo. Pero también se puede utilizar soja, cerveza o vino.
Salsas de verduras: dan un sabor muy especial a estofados o a carnes a la plancha, además de ser muy beneficiosas para la salud. Hay veces que las personas no saben cómo tomar más verduras, ya que tomarlas hervidas o a la plancha pueden llegar a cansar, así que hacer una salsa con ellas es una buena idea para dar un sabor extra a las carnes y pescados. Se pueden echar todas las verduras que a uno le gusten, rehogar con un poco de aceite y una vez pochadas triturarlas, según el espesor que se quiera se le puede echar agua o incluso leche o nata.
Quesos: los quesos dan mucho sabor a cualquier comida. No se debe abusar de ellos, ni usar los que sean muy salados ya que se estaría cometiendo el mismo error que se trata de evitar con la sal, pero sirven para que ciertos platos resulten mucho más sabrosos. Un buen ejemplo sería la pasta, si se ralla un poco de queso sobre ellos le estaremos dando un sabor totalmente diferente; también es un buen aderezo para para ensaladas, en este caso, es mejor utilizar quesos frescos bajos en sal.
Sofritos de hortalizas: siempre son un buen acompañamiento. Contienen multitud de vitaminas, minerales, son ricos en fibra y poco calóricos, por lo que, además de ricos, son sanos. El ajo y la cebolla son las hortalizas más usadas, pero también se puede dar sabor a las comidas con chalotas, puerros, nabos, zanahorias y apios, que se fríen con un poco de aceite.
Cítricos: son de los grandes potenciadores de sabor, se suelen usar para aderezar ensaladas o para dar un toque especial a pescados o carnes blancas. Son una fuente de vitaminas y minerales, activan el sistema inmunológico y depuran el organismo. También hay platos en los que se usan los cítricos como salsa como el pato a la naranja, pollo al limón, o la ternera con salsa de lima.
Aceites aromáticos: claves a la hora de cocinar, se pueden comprar preparados o se pueden hacer en casa. Hay muchas clases distintas que potencian el sabor de verduras al vapor, pescados, carnes o ensaladas. Para hacerlos caseros solo hace falta un buen aceite de oliva y plantas aromáticas como el orégano, romero, albahaca, tomillo mejorana, laurel, romero o salvia y también se puede usar ingredientes como el azafrán, el ajo y la guindilla. Se mezclan los ingredientes elegidos en un frasco o botella y se deja reposar para que liberen todo el aroma y sabor. Se pueden tener varios de distintos tipos para ir alternando.
Vino y alcoholes: también potencian el sabor en las comidas y son sustitutivos de la sal. Si al cocinar se echa un poco, hará que los alimentos cojan un sabor especial y muy sabroso; como en todo, no hay que pasarse en las cantidades y siempre dejar que se evapore el alcohol cocinando a fuego lento. Los más usados son el vino blanco y el tinto, el coñac, el whisky, el ron, la cerveza e incluso algunos licores. Se usan para multitud de platos, para darles sabor a las sopas o carnes, o para flambear. Solo con un par de cucharadas es suficiente para dar sabor y aroma a los platos.
*Con información de Europa Press.