La lactancia materna es vital en el proceso de crecimiento del bebé, ya que la leche de la madre le aporta al bebé más de 1.000 proteínas, “millones de células vivas. Entre ellas se incluyen los glóbulos blancos, que refuerzan el sistema inmunitario, y los citoblastos, que ayudan al desarrollo y curación de los órganos”, según informa Medela.

“Todas las proteínas de la leche materna están compuestas por aminoácidos. Tu leche cuenta con más de 20 compuestos de este tipo. Algunos de ellos, denominados nucleótidos, elevan sus niveles por la noche, y los científicos creen que pueden inducir el sueño”, agrega el sitio.

Pero este proceso tan necesario en el desarrollo y crecimiento del bebé en sus primeras semanas de vida puede verse afectado por alguna infección que pueda llegar a tener la madre, como por ejemplo la mastitis.

Dicha enfermedad es una inflamación (hinchazón) en el seno que generalmente es causada por una infección que se produce en el tejido mamario por diferentes organismos. La infección aparece por el sobrecrecimiento de bacterias que producen sustancias que taponan los conductos por donde se drena la leche del pecho.

¿Cómo saber si se tiene mastitis?

La mastitis se puede reconocer por tener la zona del pecho endurecida, roja, caliente y dolorosa al tacto. Algunas veces va acompañada por malestar general y fiebre

Es muy importante evitar y tratar las obstrucciones de zonas del pecho y para ello, es muy útil el masaje antes y durante la toma, el vaciado regular y completo del pecho y variar periódicamente las posturas en las que se amamanta.

En caso de que se noten algunos de estos signos, se debe acudir al médico cuando se presenten los signos como los mencionados, por si es necesario recoger muestras para cultivo de la leche y tomar antibiótico y probióticos.

Es aconsejable tener en cuenta los factores que pueden desencadenar una mastitis, para poder controlarla a tiempo. Algunos de estos son:

  • Presencia de grietas en el pezón.
  • Retención de leche o drenaje incompleto de la mama.
  • Tratamiento con antibióticos durante el embarazo, parto o postparto.
  • Cambio abrupto (disminución) en la frecuencia de las tomas.
  • Uso de sujetadores inapropiados o muy apretados (con aros) y/o posición incorrecta al dormir.

¿Puede amamantarse el bebé si se tiene mastitis?

Según la Dra. Blanca Garrido García, neonatóloga del Servicio de Pediatría del Hospital de Manises, no existe ningún impedimento para la lactancia en caso de presentar mastitis.

“Ni le podemos transmitir la infección ni la leche pierde sus cualidades nutricionales. Si el bebé no quisiera tomar del pecho afectado, es importante la extracción de leche usando técnicas de extracción manual o extractores mecánicos. La leche extraída puede darse al bebé sin problemas”, afirma.

Algunas recomendaciones para tratar la mastitis

En caso de una mastitis, lo más importante es actuar cuanto antes. Lo primero que hay que hacer en las primeras 24 horas es realizar una extracción frecuente y eficaz de la leche. Además, es muy importante consultar al médico especialista para iniciar el tratamiento adecuado.

Estas son algunas recomendaciones de lso expertos para tratar esta inflamación:

  • Aplicación de frío en la zona afectada: nunca se debe aplicar calor, ya que facilita la proliferación de las bacterias y aumenta la inflamación.
  • Tratamiento con antiinflamatorios: ayudará a bajar la fiebre (en caso de mastitis aguda) y a disminuir la inflamación.
  • Uso de probióticos específicos para la lactancia.
  • Antibióticos: si las medidas anteriores no resuelven o mejoran el cuadro de mastitis, hay que acudir a un médico para que establezca un tratamiento con antibióticos durante 10 o 14 días.