El cartílago es el tejido firme pero flexible que cubre los extremos de los huesos en una articulación, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. También da forma y apoyo a otras partes del cuerpo, tales como a las orejas, la nariz y la tráquea.

De hecho, el cartílago sano ayuda al movimiento, permitiendo que los huesos se deslicen por encima de los otros y adicionalmente protege a los huesos, impidiendo que se froten entre sí.

Pero el cartílago lesionado, inflamado o dañado puede causar síntomas como dolor y limitación del movimiento, y también puede conducir a daños articulares y deformidad. Entre las causas de problemas en los cartílagos se encuentran:

  • Rupturas y lesiones, como en las lesiones causadas por los deportes.
  • Factores genéticos.
  • Otras enfermedades, tales como algunos tipos de artritis.

Al respecto, la reumatóloga Virginia Kraus, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, explicó que, pese a que los médicos insisten en que el cartílago no se regenera, el cartílago articular sí posee cierta capacidad de reparación, según recientes investigaciones.

“Existe regeneración intrínseca (esto es, se forma tejido nuevo mientras se descompone y elimina el viejo) como en todos los tejidos, salvo el esmalte dental”, dijo en diálogo con el portal Investigación y Ciencia.

Sin embargo, este es un proceso demasiado lento, y en adultos estas partes del cuerpo carecen de riego sanguíneo, pero puede influir la carga dinámica, lo cual impulsa la circulación de líquido sinovial, cargado de nutrientes.

“Por eso el ejercicio es tan importante para la salud de las articulaciones. Para llevar nutrientes al cartílago es necesario el movimiento”, agregó.

Sin embargo, junto con su equipo descubrió que la producción de proteínas que se relaciona con la reparación y regeneración varía según la articulación, pues ocurre más en el tobillo que en la rodilla, y el proceso es todavía más lento en la cadera.

Así mismo, notó que el material genético vinculado a la reparación abunda más en las articulaciones enfermas que en las sanas.

A su vez, el portal Mejor con Salud reveló que las vitaminas para ayudar a reparar los cartílagos son:

  • Vitamina A, que ayuda a la formación y mantenimiento de dientes, tejidos óseos y blandos, membranas mucosas y piel.
  • Vitamina C, también llamada ácido ascórbico, es un antioxidante que favorece los dientes y encías sanos. Esta vitamina ayuda al cuerpo a absorber el hierro y a mantener el tejido saludable. También es esencial para la cicatrización de heridas.
  • Vitamina D, que también se conoce como “la vitamina del sol” debido a que el cuerpo la produce luego de la exposición a la luz solar; ayuda al cuerpo a absorber el calcio y a mantener los niveles sanguíneos apropiados de calcio y fósforo.

Así las cosas, para obtener las cantidades recomendadas de vitamina A hay que consumir alimentos variados, como los siguientes:

  • Hígado vacuno y otros órganos (aunque estos alimentos también tienen alto contenido de colesterol, por lo que deberá limitar la cantidad que consuma).
  • Ciertos tipos de pescado, como el salmón.
  • Hortalizas de hojas verdes y otras verduras de color verde, anaranjado y amarillo, como brócoli, zanahorias y calabacines.
  • Frutas, como melón, damascos y mango.
  • Productos lácteos, que son de las principales fuentes de vitamina A.
  • Cereales para el desayuno fortificados.

Sobre la misma línea, la mejor fuente alimenticia de vitamina C son las frutas y verduras sin cocinar o crudas, y las frutas que tienen las mayores fuentes de vitamina C son, entre otras:

  • Melón cantalupo.
  • Frutas y jugos de cítricos, como las naranjas y toronjas (pomelos).
  • Kiwi.
  • Mango.
  • Papaya.
  • Piña.
  • Fresas, frambuesas, moras y arándanos.
  • Sandía o melón.