La sed excesiva es un síntoma común y, con frecuencia, es la reacción a la pérdida de líquidos durante el ejercicio o al consumo de alimentos salados, de acuerdo con Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Las causas pueden incluir:

  • Una comida reciente muy condimentada o salada.
  • Sangrado suficiente para causar una disminución considerable del volumen de la sangre.
  • Medicamentos como los anticolinérgicos, demeclociclina, diuréticos y fenotiazinas.
  • Pérdida de los líquidos corporales desde el torrente sanguíneo hasta los tejidos debido a afecciones como infecciones graves (sepsis) o quemaduras o insuficiencia cardiaca, hepática o renal.
  • Polidipsia psicógena (un trastorno mental).

Sin embargo, es importante asistir a un médico si la sed excesiva es continua e inexplicable, si la sed está acompañada de otros síntomas inexplicables, como visión borrosa y fatiga o si el volumen diario de orina eliminado supera los 4,73 litros.

Por su parte, dado que la sed es la señal del organismo para reponer la pérdida de agua, a menudo es apropiado beber una cantidad abundante de líquidos.

Hay que señalar que el agua es uno de los principales componentes del cuerpo humano, ya que representa entre el 50 % y 70 % del peso corporal.

“La falta de agua puede provocar deshidratación, un trastorno que ocurre cuando no hay suficiente agua en el cuerpo para llevar a cabo las funciones normales. Incluso una deshidratación leve puede agotar su energía y causarle cansancio”, explicó Mayo Clinic.

No obstante, el consumo diario de este liquido es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, entre otras razones, debido al peso.

· Hombres: 3,7 litros

· Mujeres: 2,7 litros

Sin embargo, el consumo de agua puede variar dependiendo de las actividades que se realicen día a día. Por ejemplo, si la persona hace ejercicio, debe consumir más agua para cubrir la pérdida de líquidos.

Además, si el clima es cálido y se suda más, es recomendable aumentar la ingesta de agua, o si una mujer está embarazada es posible que necesite más líquidos.

Asimismo, el consumo de agua es el adecuado si rara vez se tiene sed o si la orina es incolora o de color amarillo claro.

Beber demasiada agua rara vez es un problema para los adultos sanos y bien alimentados. Sin embargo, “en ocasiones, los atletas beben demasiada agua en un intento por evitar la deshidratación durante el ejercicio físico prolongado o intenso. Cuando se bebe demasiada agua, los riñones no pueden deshacerse del exceso de agua. El contenido de sodio en la sangre se diluye. Esto se conoce como hiponatriemia y puede poner en riesgo la vida”, de acuerdo con Mayo Clinic.

No obstante, el agua no es la única forma de mantenerse hidratado, ya que lo que se come diariamente aporta una parte significativa del liquido. Por ejemplo, casi el 100 % del peso de muchas frutas y verduras, como la sandía y la espinaca, es agua.

Además, bebidas como la leche, los jugos y los tés de hierbas son casi en su totalidad agua. Incluso las bebidas con cafeína, como el café y las bebidas gaseosas, contribuyen al consumo diario de agua.