La diabetes consiste en la no producción de insulina del páncreas y la resistencia a ella de las células del cuerpo, que puede aquejar a cualquier persona sin importar su edad.
Pero aunque las más conocidas son: el tipo I y el tipo II, la gestacional y la insípida, no son tan comunes.
¿Qué es la diabetes insípida?
De acuerdo con la Clínica Mayo, esta clase de diabetes es un trastorno que no es recurrente y se debe al “desequilibrio de líquidos en el cuerpo”. Por lo que provoca mayor sequedad y repetidamente ganas de ir al baño.
Los principales síntomas que se relacionan con este tipo de diabetes es el gran alto volumen de orina, y sed frecuente. Pero si es un bebé el que tiene diabetes, este experimentará otros signos como: estreñimiento, fiebre, pérdida de peso y problemas en su crecimiento.
Es importante mencionar que existen varias clases de diabetes insípida como: la central, la nefrogénica, gestacional y polidipsia primaria.
La deshidratación puede ser una de las tantas consecuencias, ya que se debe al desequilibrio de minerales en la sangre, que son aquellos que regulan los líquidos en el organismo. Los signos más comunes son: calambres, vómito, náuseas, debilidad, entre otros.
Hiperglucemia en la diabetes
Como se nombró anteriormente, las personas con diabetes pueden tener niveles altos de azúcar por la ingesta de algunos alimentos, o quizá, medicamentos que no acompañan el tratamiento de su problema.
Cabe anotar, que es primordial tratar la hiperglucemia, ya que esta puede afectar varios órganos como los ojos y los riñones. Por ejemplo, los niveles de glucosa que sugiere la Clínica Mayo son los siguientes:
- Las personas menores de 59 años que no tienen problemas de salud, deberían tener entre 80 y 120 mg/dL (4,4 y 6,7 mmol/L).
- Pero quiénes son mayores de 60 años y tienen otro tipo de complicación, el rango de glucosa en la sangre se debería encontrar entre 100 y 140 mg/dL (5,6 y 7,8 mmol/L).
Cabe señalar, que las anteriores medidas hacen parte de las recomendaciones de la entidad americana y responden al previo consumo de alimentos.
La diabetes puede provocar hormigueo en las extremidades
La glucosa es importante para el organismo; sin embargo, en altos niveles puede ser perjudicial para el buen funcionamiento del mismo, por esto, se presenta hormigueo o rigidez en las manos o en los pies.
No solo esto, cuando una persona observa que sus encías están inflamadas y enrojecidas, puede ser una señal de alerta de que el sistema inmune no está funcionando bien, permitiendo infecciones tanto en los huesos como en la boca. La entidad americana explica que las encías se pueden desprender y los dientes desacomodar provocando lesiones.
Además, algunas personas pueden experimentar visión borrosa, dificultando la capacidad de enfoque que tiene los ojos, permitiendo que “se formen nuevos vasos sanguíneos en la retina”.
A lo anterior, se suma el cansancio acompañado de fatiga, ya que la glucosa, que se encuentra de manera excesiva en la sangre, opaca el funcionamiento del organismo desgastando la energía.
Diabetes gestacional
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC, este tipo de diabetes suele aparecer en algunas mujeres en etapa de embarazo.
Aunque no es de alarmarse, la diabetes gestacional puede ser tratada con un plan de alimentación saludable y apto para esta condición, supervisada por un médico.
Sin embargo, su aparición, puede afectar el desarrollo del crecimiento del bebé por la alta glucosa que recibe si no es tratado, complicando el parto.