La sandía, también conocida como patilla, es una fruta que se caracteriza por ser rica en agua, por lo que ayuda al organismo y a la piel a mantenerse hidratados. También mejora la retención de líquidos y previene la formación de piedras en los riñones.

Además de ser diurética, esta fruta posee propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, anticancerígenas, digestivas y antihipertensivas, por lo que su consumo regular aporta diversos beneficios para la salud, precisa el portal de bienestar y salud Tua Saúde. Esta fuente explica que el color de esta fruta es aportado por el licopeno, un compuesto con propiedades antioxidantes.

El reconocimiento de las bondades de la fruta es claro; sin embargo, es posible que no se conozcan mucho las que generan sus semillas, las cuales también realizan aportes nutricionales y beneficiosos para el cuerpo.

Según un artículo publicado en el diario La Vanguardia, de España, las semillas de la sandía son una fuente de energía importante y por ello son un alimento recomendado para personas que desarrollan una alta actividad física, al tiempo que son ricas en proteínas, que permiten el desarrollo muscular y la regeneración de tejidos.

“Asimismo, aportan grasas saludables, como ocurre con los frutos secos, que regulan los niveles de colesterol en la sangre. También ayudan a eliminar toxinas del organismo gracias al efecto diurético y combaten el estreñimiento a través de su fibra”, precisa la mencionada fuente.

En un sentido similar, un artículo publicado en el diario El Universal, de México, indica que estas semillas son una buena fuente de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados: 0,3 y 1,1 gramos, respectivamente. Estas grasas son reconocidas porque protegen contra los ataques cardíacos y los derrames cerebrales, además de reducir los niveles de colesterol “malo” en la sangre, asegura la Asociación Americana del Corazón.

Las semillas de la sandía también son ricas en zinc, que ayuda a fortalecer el sistema inmune y aportan antioxidantes que retrasan los signos del envejecimiento, producto de los efectos de los radicales libres sobre las células.

Son saludables

A la hora de comprar una sandía, muchas personas valoran que no tenga semillas e incluso hay quienes piensan que provocan problemas intestinales, como apendicitis o diverticulitis.

El portal Consumer, de España, cita un estudio publicado en International Journal of Nutrition and Food Sciences, el cual concluye que las semillas de sandía son una fuente considerable de nutrientes en la dieta y ofrecen beneficios para la salud debido a su contenido de fibra, minerales, fenólicos y actividad antioxidante.

Los resultados de la investigación, en la que se analizaron tres variedades de sandía, indican que las semillas contienen agua hasta un 8,5 %; carbohidratos (entre un 9,5 % y un 15,3 %), proteínas (entre un 16,3 % y un 17,7 %), grasas, fibra, minerales (especialmente potasio), además de que generan energía.

Esta fuente indica en las semillas de sandía no causan problemas de salud y cita otro estudio en el que se investigó el tema analizando el apéndice de casi 2.000 personas operadas y solo encontró restos vegetales sin digerir en una de ellas.

“Es importante aclarar que, en contra de la creencia popular, comer semillas no incrementa el riesgo de padecer afecciones intestinales como diverticulitis y que las guías de práctica clínica de la Asociación Americana de Gastroenterología no encuentran evidencia para prohibirlas de forma general en estos pacientes”, cita el mencionado portal.

Formas de consumo

Lo habitual es consumir estas semillas tal cual como se encuentran en la fruta, junto con la misma. Pero si a las personas no les gusta, se pueden secar y tostarlas para consumirlas a manera de snack saludable o trocearlas para añadirlas en otras recetas, como se hace con los frutos secos en las ensaladas. Según los expertos, los niños pequeños no deberían comer las semillas de sandía, sobre todo, para evitar que se atraganten.