Normalmente, muchas enfermedades terminales las acompañan distintos síntomas como dolor, ahogo, deterioro cutáneo, agotamiento, entre otros. Entre las comunes está en cáncer, el VIH, enfermedades del corazón, afecciones pulmonares, renales y neurológica.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus, la mayoría de los pacientes con enfermedades terminales están en sus últimos seis meses de vida. Además de ello, los síntomas que las caracterizan se pueden agudizar. Para comprender su impacto en el organismo y en el diario vivir de estas personas, el Manual MSD explica algunos de ellos:
- Dificultad respiratoria: a pesar de que es un signo muy alarmante para los pacientes terminales, la sensación de ahogo y la dificultad respiratoria se pueden aliviar. Por ejemplo, los especialistas acuden a un drenaje torácico, cambiar de posición al afectado y darle oxígeno suplementario. También puede administra opiáceos como la morfina, para aliviar la disnea leve.
- Problemas en el tubo digestivo: uno de los problemas más comunes son la resequedad en la boca, que se puede aliviar con ayuda de una gasa humedad, cubos de hielo y otros productos comerciales. Asimismo, es fundamental que el cuidado del paciente cepille los diente para evitar otros daños en el tracto digestivo. Otro síntoma son las náuseas y vómitos, que se pueden deber a una obstrucción intestinal o al aumento de la presión craneal.
- Incontinencia: muchas personas agonizantes pierden la capacidad de controlar las funciones intestinales y de la vejiga. Para solucionar este problema, lo ideal es utilizar pañales desechables y mantener unas medidas higiénicas para el cuidado del paciente.
- Úlceras de decúbito: la mayoría de las personas con enfermedades terminales suele padecer de úlceras por presión, las cuales causan malestar y pueden desencadenar otras infecciones. “Las personas que están muy enfermas, tienen una escasa movilidad, han de guardar cama, padecen incontinencia, están desnutridas o permanecen sentadas durante mucho tiempo, son las que presentan mayor riesgo de sufrir este tipo de úlceras”, indica el Manual MSD.
- Fatiga: con frecuencia, las enfermedades terminales causan fatiga, por lo que es necesario que el paciente guarde energías para las actividades necesarias del día a día. En algunos casos, los especialistas en salud pueden recomendar fármaco para controlar este síntoma.
- Depresión y ansiedad: ante una enfermedad mortal, es natural que la tristeza, depresión y ansiedad suelan aparecen. No obstante, se debe prestar atención cuando el paciente terminal ya no muestre interés por lo que sucede y acostumbran a ver solo los aspectos negativos de la vida. La mejor forma de manejar este problema es por medio de ayuda psicológica y con el apoyo de los miembros cercanos de la familia.
- Confusión y pérdida del conocimiento: una persona en fase terminal puede presentar un estado de confusión y puede no ser consciente de su propio estado. Ante este signo, las personas que están muy confusas pueden necesitar la administración de un sedante suave o la atención constante de un cuidador.
- Estrés: pocas personas afrontan el momento de la muerte con serenidad y son ellas las que padecen episodios de estrés y tensión psíquica que puede acelerar su proceso de muerte. Además, el estrés se extiende en las personas que acompañan al paciente y sus familiares.