“El tamaño de su cintura debería ser el mismo que cuando tenía 21 años. Si no puede ponerse pantalones del mismo tamaño ahora, es porque tiene demasiada grasa y, por lo tanto, corre el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, incluso si no tiene sobrepeso”.

Esas fueron las palabras del profesor Roy Taylor, de la Universidad de Newcastle, la semana pasada al presentar sus hallazgos en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes. Taylor sabe lo que dice, pues ha trabajado en el tema durante más de 43 años y además es autor del libro Life Without Diabetes: The Definitive Guide To Understanding and Reversing Type 2 Diabetes.

Su afirmación se basa en un estudio de su autoría hecho previamente en el cual mostró que incluso las personas con diabetes tipo 2 pueden revertirla al perder entre 10 y 15 por ciento de su peso. Por esa razón, está proponiendo que se midan los pantalones que usaban cuando tenía 21 años, y si no les caben es porque están en riesgo de desarrollar diabetes.

Pero ese mensaje se perdió en las redes sociales cuando el #At21 se volvió tendencia en Twitter. Muchas mujeres, por ejemplo, argumentaron que ellas, después de los 21, vivieron muchos cambios como embarazos, tratamientos de fertilidad, crianza, menopausia y con todos ellos era casi imposible pasar esa prueba. Sin embargo, el mensaje que Taylor quería comunicar es que la razón por la que muchos desarrollan diabetes tipo 2 no está necesariamente relacionada con la obesidad.

De hecho, una de cada dos personas que presentan esta condición tiene un índice de masa corporal (IMC) de menos de 30. Pero recientes investigaciones han observado que, aun con cantidades mínimas de exceso de grasa abdominal, las personas podrían estar en riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.La razón es que demasiada grasa acumulada alrededor del hígado y el páncreas parece causar la enfermedad, independientemente del índice de masa corporal (IMC).

Las personas pueden padecer de diabetes incluso si no tienen sobrepeso. | Foto: Getty Images

La diabetes tipo 2 ocurre cuando el páncreas no puede producir suficiente insulina o la insulina que produce no funciona correctamente para controlar los niveles de azúcar en sangre.

En el estudio de Taylor, ocho de los 12 participantes con un IMC normal y diabetes tipo 2 entraron en remisión y no necesitaron medicamentos para dicha condición después de perder entre 10 y 15 por ciento de su peso corporal mediante un programa de sopas y batidos bajos en calorías. Los niveles de grasa en el hígado y el páncreas disminuyeron y se reanudó la actividad de las células de este último que producen insulina.

Taylor señala que algunos médicos asumen que la diabetes tipo 2 tiene una causa diferente en las personas que no presentan sobrepeso y, por eso, a veces recetan insulina y otros medicamentos antes de probar con cambios en el estilo de vida. Los nutricionistas creen que el aumento de peso en la mediana edad se debe a un desequilibrio hormonal en el cuerpo porque este libera demasiada insulina, ya sea por estrés, por problemas de sueño o por la perimenopausia.

La solución, según ellos, debe ser ajustar la salud mental y física para equilibrar las hormonas. La grasa del vientre, por ejemplo, se puede reducir de manera significativa si se dejan a un lado los carbohidratos, especialmente por las noches, y si se aumentan las proteínas en todas las comidas.

También recomiendan respetar las horas entre comidas y proponen, en lo posible, retrasar la primera comida del día para darle al cuerpo una oportunidad real de restablecer la insulina. Retrasar el desayuno o saltarse la cena es una manera de ayuno intermitente que, según los estudios, puede reducir la resistencia a dicha hormona.

El mensaje de Taylor es que se pueden modificar los hábitos diarios para evitar esta enfermedad. Y los jeans viejos son solo una medida para saber si está en mora de hacerlo.