El performance chileno ‘Un violador en tu camino‘ ha impulsado a millones de mujeres a hablar sin miedo sobre los episodios en los que fueron abusadas. La más reciente es Margarita Rosa de Francisco, quien en su última columna de El Tiempo, volvió a hablar del episodio oscuro que vivió cuando era una niña.  Titulada con el nombre “El violador”, la escritora y actriz colombiana relata en el texto que su agresor era un joven alto, pelirrojo y delgado que para entonces trabajaba como conductor del carro de su papá.  “No eras un extraño; llevabas varios meses trabajando para nosotros. Aunque hablabas poco, eras simpático, nos hacías reír; mis papás te tenían confianza”, dice.  Como explica, todo sucedió una tarde en la que ella estaba en la piscina de la casa de su tía. En un momento, el joven, de aproximadamente 25 años, se le acercó con la excusa de enseñarle a manejar. “Claro que quiero aprender a manejar. Ya me visto. Ya me pongo las medias y los zapatos de trabilla”, escribe. 

Lo siguiente que Margarita Rosa de Francisco recuerda es estar camino hacia una carretera sola y apartada de la ciudad. “¿Por qué estamos yendo tan lejos?”, le preguntó. “Eh, pero si se va a poner así de nerviosa no va a aprender”, le contestó. Cuando estuvieron lo suficientemente solos, el conductor le dijo: “siéntese aquí (entre sus piernas), agarre el timón que yo me encargo de lo demás…”, relata.  Este episodio, de Francisco ya lo había contado hace unos meses en un video del proyecto Colombianas: una biografía colectiva en el que detalló, además que en ese momento el hombre empezó a masturbarse mientras ella estaba encima de él. "Yo empiezo a sentir su pene, pero tengo la confusión si me senté en la palanca de cambios. Tengo al hombre detrás de mí con una respiración horrible", dice.  Aunque con esos detalles es suficiente, la actriz también deja ver la complejidad que se deriva de este tipo de traumas. En el video, por ejemplo, confiesa, que no recuerda que haya sido violentada o maltratada por su violador y que esa confusión no le dejó sentir la suficiente rabia contra él como para denunciarlo.  "Me dijo que no le contara a mi papá que habíamos ido hasta ese lugar porque no estaba autorizado. Y como yo había dicho que sí quería ir para aprender a manejar, no lo hice".  

En un párrafo de la columna también escribe: “Todavía me pregunto si más bien se trata de una fantasía que tuve al sentir tus ojos tan fijos sobre mí aquella tarde en que me estaba bañando en la piscina de la casa de mi tía con mi hermano y un amigo suyo”. Y más adelante reflexiona sobre las causas de estos delitos. “El violador en nuestro camino no es un individuo sino todo un sistema de abandonos y de duelos desiguales encadenados unos a otros".  En efecto, las cifras del Instituto de Medicina Legal muestran que la violencia sexual contra niños y adolescentes viene en aumento en el país en los últimos tres años y es un tema al que el Estado debería prestarle más atención. Aproximadamente 55 niñas y adolescentes son violadas en Colombia cada día, y cada tres  una es asesinada.  Finalmente, la actriz invitó en su columna a que las mujeres sigan denunciando. "Sigamos gritando, mujeres, si eso ayuda a desarmarlo", dice.